La Semana Santa resucita la vida turística de la Serranía de Cuenca
Las vacaciones de Semana Santa ha supuesto un alivio para los alojamientos rurales en la Sierra de Cuenca, que ha visto como desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección, han tenido una gran ocupación de viajeros teniendo en cuenta el cierre perimetral de la región debido a la situación sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus.
Las personas que nos han visitado han sido en su mayoría habitantes de Castilla-La Mancha, que habitualmente suelen viajar fuera de la comunidad en estas fechas, y que por las circunstancias, ahora están aprovechando para conocer su propia tierra.
De tal forma, que desde el Jueves Santo, día declarado festivo en la región manchega hasta el Domingo de Resurrección, la Sierra de Cuenca ha sido visitada por un gran un número de personas que buscan las grandes posibilidades que ofrece el turismo de interior, lejos de las masificaciones y en plena naturaleza.
Era un gozo ver como se encontraba la Serranía de Cuenca uno de los entornos rurales más bonitos, no sólo de toda la provincia, sino de la comunidad y del interior de la península ibérica. Impresionados se quedaban los viajeros al observar sus desfiladeros, las formaciones rocosas de figuras sorprendentes, las tranquilas lagunas, los valles remotos, esos fenómenos geológicos tan curiosos que constituyen las torcas o las montañas que se enfilan majestuosas apuntando hacia el cielo. Miles de imágenes y de paisajes difíciles de olvidar.
Largas colas para poder acceder a la Ciudad Encantada para mirar ese asombroso conjunto de rocas, erosionadas durante siglos por la acción del viento, la lluvia y el hielo, cuyas formas han dado pie a las más insospechadas interpretaciones. Con su emblemática Tormo Alto donde según la tradición fue quemado el cadáver de Viriato.
Majestuoso se presentaba el monumento natural del nacimiento del río Cuervo, certificando una vez más, el sobrecogedor encanto y atractivo de la serranía. En medio de una luminosidad poco común, resulta un verdadero espectáculo admirar la cascada por la que se precipita un todavía joven río Cuervo, después de brotar entre roquedales y musgos.
Singular y afable es la amabilidad y atención de los habitantes de Tragacete, Vega del Codorno, Las Majadas, Uña, Villalba de la Sierra, que reciben y acogen a los visitantes ofreciéndoles la mejor atención en cada momento como la gastronomía y la artesanía conquense que ha gozado desde siempre de un notable prestigio.
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