A lo largo de los días de la Feria Taurina de San Julián se producen en los tendidos de la plaza de toros, diferentes escenas llenas de peculiaridades que dejan una profunda huella en la memoria de los que las viven. Este hecho me ocurrió a mí cuando el año pasado vi por la puerta de cuadrillas aparecer al torrero Jesús Janeiro que reaparecía en nuestra plaza de toros después de su retirada en la temporada del 2007. Volvía un referente del toreo de los años 90. Un ídolo de masas, en particular para el público femenino que llenaban las plazas allá donde se anunciaba. Recuerdo una “episodio” que se produjo una tarde con el torero gaditano “Jesulín de Ubrique”. Llegó a Cuenca en su época dorada de su toreo. Vivía uno de los momentos más brillantes de su carrera profesional. Cada tarde que actuaba montaba su particular revolución taurina rompiendo los cánones de la Tauromaquia tradicional. Y además se acababa de estrenar como cantante con su single de presentaci