Historia de la Muy Ilustre y Venerable Hermandad de la Negación de San Pedro
Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿A dónde vas? Jesús le respondió:” Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañaras más tarde” Pedro replicó: Señor, ¿Por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti”. Jesús le contestó: “¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.”
Tras la destrucción de 1.936, uno de los pasos que más tardará en recuperarse, es el de La Negación de San Pedro, será en 1.991, cuando un grupo de amigos conscientes de que este paso se había perdido en la noche de los tiempos, deciden elaborar un proyecto de recuperación y estudiar su viabilidad, encargándose él mismo a Juan Carlos Muñoz del Olmo y Ricardo Gallarte Morales. Convirtiéndose el proyecto en la constitución de una nueva hermandad, cuya fecha de constitución será el 7 de marzo de 1.992.
La Junta de Diputación de las Cofradías conquenses, conoce el proyecto en junio de 1.994, presentándose ya la maqueta del escultor conquense Ángel Heredero Bravo, consistente en un San Pedro arrodillado con el torso desnudo. La Junta de Diputación aprobó el proyecto con diversas puntualizaciones aconsejando se hicieran las otras dos figuras que completarían el paso: el soldado Judío de Sanedrín, y la portera de Caifás. Idénticas puntualizaciones realiza la Comisión Diocesana de Arte cuando el 31 de diciembre recibe el proyecto.
Ante estas puntualizaciones, la recién nacida cofradía, decide solicitar nuevas maquetas y así el 24 de marzo de 1.995 se presentan a la mencionada Comisión la maqueta completa de Ángel Heredero Bravo, una segunda del escultor murciano José Antonio Hernández Navarro y una tercera del también conquense Vicente Marín Morte. La Comisión Diocesana de Arte se decanta por la maqueta de Vicente Marín por considerar que puede armonizar más con la imaginería que compone los desfiles conquenses.
Esta misma maqueta fue la que más interés despertó en la Junta General de Cofradías del 25 de mayo de 1.995. En esta misma Junta General y pendiente únicamente de la confirmación del Obispo de la Diócesis, quedó la hermandad admitida como miembro de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cuenca.
Definitivamente el 19 de febrero de 1.996 y por Decreto de Erección Canónica el Excmo. Obispo de Cuenca, Monseñor Guerra Campos, en virtud del canon 312 del Código de Derecho Canónico, erigió como Asociación Pública de fieles a esta Cofradía, que pasó a regirse por los Estatutos aprobados en esta misma fecha. Ajustándose al carácter gremial que antiguamente tenían muchas Cofradías conquenses, también esta nueva hermandad se encuentra compuesta en su mayoría por miembros del Cuerpo de Policía Local y Bomberos del Ayuntamiento conquense.
El paso desfila en la Semana Santa de 1.997 con las imágenes de San Pedro en actitud de huida y arrepentimiento, en el atrio de Caifás, dando la espalda a dos figuras que representan a un soldado Judío del Sanedrín ascendiendo por unas escalinata lateral y escuchando las acusaciones de la portera de Caifás, asimismo se incorpora la figura simbólica de un gallo en actitud de cantar. Las andas son encargadas a la Cooperativa San José Artesano de Cuenca.
La uniformidad elegida es: túnica morada, por ser color que simboliza el arrepentimiento y la penitencia; Capuz blanco, como corresponde a la Cofradías que componen el desfile del Miércoles Santo (desfile al que se incorpora la cofradía, siguiendo el orden cronológico de la Semana Santa de Cuenca); cíngulo y guantes blancos.
El escudo es una cruz recruceteada, es decir cuatro cruces superpuestas en una, siendo la forma de éstas la de la cruz de la Orden del Temple. Se quiere con el escudo transmitir la representación del Calvario a través de tres cruces, siendo la cuarta cruz invertida simbólica de la crucifixión que sufrió San Pedro.
Se realizan gestiones con el párroco de San Fernando para establecer su sede canónica en esta parroquia, gestiones que no progresan pasando definitivamente a la iglesia de San Pedro.
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