Volvieron a sonar clarines y tambores de Turbas desde los balcones
Nada más finalizar el Miserere de las doce del mediodía desde el reloj de la Torre de Mangana, cientos de clarines y tambores han roto el silencio de un Viernes Santo atípico de pandemia del coronavirus, con el sonido más original y personal que tiene la ciudad de Cuenca en su Semana Santa, en la procesión Camino del Calvario.
La Junta Regidora del Grupo Turbas hizo un llamamiento al Grupo Turbas para que estos hicieran sonar sus tambores y clarines durante diez minutos en este Viernes Santo de pandemia tras el Miserere de las doce del mediodía del reloj de la Torre de Mangana que marca las horas de la ciudad, en recuerdo de los turbos y nazarenos fallecidos a lo largo de esta pandemia y como mensaje de apoyo para sanitarios y de forma especial para todos aquellos que están sufriendo esta cruel enfermedad.
Tambores y clarines han sonado por segundo año consecutivo desde los balcones de la ciudad. La primera vez fue en pleno confinamiento y sin poder salir de las casas. Esta segunda vez ha permitido la movilidad de algunos Turbos que han hecho sonar sus tambores y clarines a pie de calle.
Cabe destacar, que la procesión Camino del Calvario se ha suspendido tres años seguidos, dos por pandemia del Coronavirus, y una por lluvia. Recordando también que en el año 2018 tuvo que recortar su recorrido por la calle del El Peso, por la presencia de la lluvia
Resaltando que durante cuatro años seguidos no se ha podido vivir ni sentir el Miserere de Pradas, en las . del Oratorio de San Felipe Neri, a cargo del Coro del Conservatorio de Cuenca. Uno de los momentos únicos y prodigiosos que tiene la procesión Camino del Calvario en el Amanecer Santo de Cuenca.
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