Cuando viajo a una gran urbe y visito su casco antiguo, me llama mucho la atención las personas que actúan en las calles buscándose la vida, normalmente suelen situarse en plazas turísticas que utilizan de decorado y que son muy transitadas por turistas y ciudadanos que van de paso. Son artistas callejeros, que tienen por público a todo el mundo que quiera pararse a ver su interpretación, no cobran nada por divulgar su arte solamente la voluntad. El circo improvisado en varios metros lo forman hombres estatua, magos, bailarines, cantantes, personajes de dibujos animados de Disney, mimos, caricaturistas, dibujantes, acróbatas, … llenando cada día de fantasía y creatividad infinita esos lugares. Para la mayoría de los comerciantes de arte en las calles, esta forma de “trabajar” es su única forma de granjearse la vida, siempre con la esperanza puesta en poder encontrar un escenario real donde poder actuar. Hoy en día, el ingenio de estos actores itinerantes ya forma