Semana Santa Cuenca. Pincelada histórica de la Real, ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias
Pincelada histórica de la Real, ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias
Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con fajas, juntamente con los perfumes, según la costumbre funeraria de los Judíos.
La devoción conquense a Nuestra Señora de Las Angustias, tiene tras de sí una antigua historia que pasa tanto por la hermandad homónima de la ermita, como de otra que por lo menos desde 1610 celebra el domingo anterior al de Ramos una procesión desde su sede, el convento de los Trinitarios, hasta la catedral. Aún sin saber si había sido fundada la Hermandad, lleva tomando parte en el desfile En el Calvario desde el mismo año de su creación en 1902.
El acta número uno de esta Cofradía corresponde a la Junta del 5 de abril de 1925, si bien es de resaltar que sus constituciones se encuentran ya aprobadas el 4 de febrero de dicho año. Sin embargo, se supone que anteriormente existía otra Hermandad bajo la misma advocación y que participa en los desfiles procesionales, pues ya 1902, en el mes de septiembre, contesta esta Hermandad a las que por estas fechas componen el desfile “En El Calvario”, aceptando formar parte del mismo a partir del año siguiente.
Los propios libros de actas de la Hermandad recién constituida así nos lo hacen presumir, cuando en Junta del 13 de marzo de 1932 se acuerda nombrar Hermano Mayor de honor a una señora que desde hace más de veinte años sufraga de su bolsillo la novena de la Sagrada imagen.
La talla con que se desfila es obra del escultor Sr. Marqués y propiedad de los señores de Rozas, si bien algunos años, por problemas con la mencionada familia, se desfila con la existente en San Felipe, talla atribuida a Salzillo. Desfila esta Cofradía en 1940 con la talla obra del escultor Enrique Cuartero, quien la realiza mediante una fotografía del paso destruido.
Subvencionado por el Ayuntamiento de la ciudad, recibe en 1942 la talla actual de Marco Pérez, imponiendo este organismo que se le debe rendir culto en la ermita de San Antonio Abad.
Talla de cuerpo entero que responde al tema de la Piedad: María sentada al pie de la Cruz, con el cuerpo de su hijo muerto sobre el regazo, en una representación piramidal con claras reminiscencias de la obra de Miguel Ángel. En 1958 se elaboran las actuales andas, correspondiendo la obra en plata a los talleres Menese de Madrid, y la ebanistería, al conquense Amancio Contreras.
Al fin de evitar el traslado en camión de la talla, de San Antón a El Salvador, para participar en el desfile, se consigue, autorización para hacerlo procesionalmente; la subida el Domingo de Ramos en un Rosario de la Aurora a las siete de la mañana, y el regreso a su sede habitual el Domingo de Resurrección en un Rosario de Penitencia Popular.
El primero de estos desfiles no llega a ponerse en práctica, y sí el segundo para el que, año tras año, se cuenta con la participación del Seminario de los Padres Paúles, hasta 1965. (Se había iniciado esta costumbre diez años antes.)
Como consecuencia de las dificultades surgidas en la iglesia de El Salvador por la acumulación de pasos en las fechas de Semana Santa, la Cofradía se ve privada de efectuar su salida desde esta iglesia, incorporándose durante varios años desde la antigua iglesia de San Andrés.
En 1975 la Hermandad efectúa encargó al escultor Marco Pérez de un nuevo paso para complementar su desfile, en este caso “El Descendido”, pero sin lugar a duda la obra no se encuentra a la altura de las que el mismo escultor efectuó para nuestros desfiles, dado lo avanzado de su edad y la enfermedad que padece. Por ello, desde el primer momento la Cofradía estudia la posibilidad de sustituirlo, lo que efectúa en 1988 al hacerse cargo del paso del conquense Vicente Marín.
Recibe culto en la Iglesia de La Fuensanta. Cuatro escenas completan el conjunto: Cristo, una vez descendido de la Cruz, reclinado sobre el sudario, que sujeta San Juan. Mientras tanto la Madre, arrodillada, mira directamente el rostro del Hijo. María Magdalena se mantiene en segundo plano, haciendo pareja en la escenografía con la imagen de San Juan. En 1948, la Hermandad se unió a la de la Virgen de la Amargura y San Juan, permaneciendo así hasta 1955 en que recobraron su respectiva independencia.
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