Llama mucho la atención que la ciudad de Cuenca, que viene celebrando las Fiestas de San Julián desde hace al menos dos siglos, no haya tenido nunca lo que en otros sitios -y en esté también- se suele conocer con el nombre de “Recinto Ferial”. Y aún más, si tenemos presente que sus habitantes viven con intensidad sus costumbres y tradiciones, muchas de ellas vinculadas a edificios y espacios públicos específicos. Es el caso de la Junta de Cofradías de la Semana Santa que tuvo su primera sede en la calle Solera número 2 y actualmente en la antigua casona castellana enclavada en pleno Casco Histórico de la ciudad, a la altura del número trece de la calle Andrés de Cabrera. A tenor de lo que nos cuenta la historia de la ciudad y lo que hemos podido vivir las generaciones que hemos nacido durante el actual periodo democrático, los dirigentes municipales siempre han ordenado ubicar las atracciones y demás elementos feriales fuera del casco urbano. Decisión muy acertada y compr