Semana Santa. Pincelada histórica de la Venerable Hermandad de Nuestro Señor Resucitado y María Santísima del Amparo
Pincelada histórica de la Venerable Hermandad de Nuestro Señor Resucitado y María Santísima del Amparo
Gozosa amanece la ciudad colgada. Alegren danzan y brincan los ríos Júcar y Huécar, ante la buena nueva avisando a la ciudad que tras la agonía, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ha llegado la Resurrección prometida.
Repiquetean campanas en las iglesias. Sonríen las piedras, se postran las montañas ante Él. Las nubes se apartan para dejar hueco a los rayos de luz, que entrelazan radiantes aureolas de victoria. Nadie quiere perderse el encuentro con el que no ha muerto, sino que ha vuelto a nacer en cada uno en este Domingo de Resurrección glorioso.
Las palomas permanecen impacientes a que se produzca el mágico reencuentro entre la Madre y el Hijo amado, y cuando sucede, las dos imágenes, se unen gozosas y radiantes en los que resta de este domingo de gloria, que da sentido a todo en la vida cristiana.
Después se apareció a los once estando a la mesa y les respondió su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado de entre los muertos. Y les dijo: “id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado se salvará: el que no crea, se condenará”.
El día 24 de enero de 1954, con la asistencia de once hermanos, se celebra la primera Junta, de la que saldrá la definitiva configuración de la Junta de Diputación, pues hasta esa fecha la que regía los destinos de la Hermandad lo hacía de forma provisional.
En esta Junta se acuerda visitar al Comercio e Industria para que sus componentes pasen a ser hermanos de esa Cofradía, y se redactan los primeros estatutos.
El 21 de marzo del mismo año, en Junta General, se aprueba su uniformidad, si bien no incluye la actual prenda de cabeza, invitando a todas las Hermandades para que con sus hermanos mayores y guiones pasen a dar al desfile mayor solemnidad.
Esta Hermandad y su desfile procesional, gestados por el deseo de la Junta de Cofradías de dotar a nuestros desfiles de uno para el Domingo de Resurrección, tiene su origen el 8 de julio de 1951, cuando la Cámara de Comercio e Industria acepta organizarlo con la talla que la Junta ha encargado al escultor Leonardo Martínez Bueno por el importe de 12.000 pesetas, dando origen al mismo en 1952.
La imagen representa al Señor Resucitado que aparece de pie, al paso, levanta su mano derecha mientras el izquierdo lo deja caer cogiendo el astil característico de la Resurrección. El paño de pureza, más que cubrir la figura lo que hace es adornarla, envolviendo la talla y dándole un movimiento espiral que resulta de gran efectividad. Andas: Jesús Resucitado (1955) diseño de Leonardo Martínez Bueno, ejecutadas por los Hermanos Pérez del Moral.
Realizándose el encuentro con la Virgen María en distintos puntos de la ciudad (se realizaba en los primeros años en la Plaza Mayor) y contando para ello con distintas imágenes de la Virgen existentes en diferentes conventos de la ciudad, hasta que la Hermandad de San Juan Apóstol decide incorporarse al mismo con la talla de la Virgen del Amparo.
Talla anónima, pero esculpida en los talleres Royo-Barrasa, en 1952. Se trata de una talla de vestir. Su actitud y gestos son los tradicionales, aunque condicionados al igual que su vestimenta por lo característico de su desfile, pues primero aparece como madre afligida y sumida en el dolor de perder al Hijo, para aparecer a continuación dichosa y venturosa tras el encuentro con su hijo resucitado. Andas diseñadas y realizadas en el año 1988 por los Hermanos Nemesio y Modesto Pérez del Moral.
Tras varios años de no aceptar el mencionado ramo del Comercio y la Industria la organización oficial del desfile, definitivamente lo acepta en 1954, estableciendo una cuota de sesenta pesetas para patronos y de veinticinco para la dependencia mercantil y obreros. Los banceros, desde 1959 y durante unos años, en sustitución del capuz llevan un turbante con cinta encarnada.
Desde 1962 se realiza el encuentro en la Plaza de la Constitución, anterior Plaza de Cánovas, si bien la Hermandad no acaba de alcanzar el auge esperado, llegando en 1966 la Junta de Cofradías a aconsejar su supresión para evitar el ridículo.
Un año después se ofrece la organización a la Delegación Provincial de las Juventudes, quedando oficialmente suspendida en 1968, si bien un grupo de sus antiguos componentes deciden sacar los pasos y organizar el desfile, lo que no pueden llevar a cabo a causa de la lluvia.
Definitivamente queda suspendida en 1969 cesando toda actividad tanto en el desfile como en la Hermandad.
El 3 de enero de 1973 un número aproximado de cincuenta personas se reúnen para hacer renacer la Hermandad y el desfile, nombrando nueva directiva, asignando cuota y organizando a las mujeres para que puedan participar en el desfile.
Guardadas las imágenes hasta esas fechas en la capilla existente en el edificio de la Junta de Cofradías, desde 1984, y tras ser restauradas pasan al culto en la iglesia de Santa Ana. Actualmente reciben culto en la parroquia de El Salvador.
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