CUENCA GRITA EN OTOÑO: ¡VENID A VERME! La ciudad de Cuenca siempre se muestra tremendamente bella al visitante. Ofrece a los ojos del que la contempla una mimada ubicación, su peculiar topografía de su casco antiguo hace que este se asiente sobre un quebrado monte de piedras quedando dividido entre dos ríos que forman las hoces del Júcar y del Húecar. Su constante búsqueda del precipicio hasta llegar a los cielos dan paso a una mezcla de imágenes en piedra creadas al azar por la naturaleza que rebasan toda lógica y el inconsciente humano hasta convertirla en superrealismo urbano. Llegada la estación otoñal la ciudad colgada se envuelve de tapices hechos de colores rojos, ocres y amarillos entreverados con el verde ciñendo a la ciudad en una banda luminosa que rinde homenaje a sus paisajes confiriéndole esta tonalidad un innegable encanto. Cuenca es de las pocas capitales españolas que se presta, al paseo a pie. Es un lujo poder abrir la p