Historia de la Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído y la Verónica
“Apoderándose, pues, de Jesús, y le sacaron afuera. Y, llevando él mismo a cuestas su cruz, fue caminando hacia el sitio llamado el Calvario y en hebreo Gólgota”.
Es la más reciente de las Hermandades incorporadas al desfile del Jueves Santo. Creada en 1942 por iniciativa de un grupo de funcionarios del Instituto Nacional de Previsión, con el deseo de incorporar su talla al desfile de la madrugada del Viernes Santo, en sustitución de la desaparecida, perteneciente a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
No existe, sin embargo, avenencia entre ambas Cofradías, siendo necesaria la intervención del Prelado de la diócesis, quien definitivamente consigue su incorporación al desfile de Paz y Caridad.
Con treinta y dos hermanos efectúa la Hermandad su primer desfile en 1944, con el paso encargado por sus hermanos fundadores al escultor madrileño Eduardo Font. En 1962 solicita la Hermandad la ayuda de la Junta de Cofradías para sufragar nuevas tallas del Cirineo y la Verónica.
Sin embargo, tras la reunión celebrada el 29 de mayo de 1964, entre la mencionada Junta, la Cofradía, el escultor Leonardo Martínez Bueno y la Comisión de Arte, se acuerda la construcción total del nuevo paso, formado por tres figuras en madera, con un talla aproximada de 1.75 m y un precio total de 90.000 pesetas.
En este mismo año la Directiva se ve en la obligación de dirigirse a la Junta de Cofradías, solicitando su intervención ante la decadencia en que se encuentra la Cofradía, sin atender ni tan siquiera las citaciones a las Juntas. Un año después desfila la Hermandad con su talla actual, si bien por problemas de tiempo sin la talla del Cirineo, que se incorpora al desfile en 1966.
Participando desde su creación como Cofradía en el desfile del Jueves Santo, no forma parte sin embargo de la Archicofradía de Paz y Caridad hasta la revitalización de la misma efectuada tras la Junta del 14 de abril de 1983, en que esta Hermandad se hace cargo de uno de los banzos del Cristo de las Misericordias, aportando para el mantenimiento de la misma el 8,25 por 100 anual de los gastos producidos.
Uno de sus grandes caballos de batalla fue siempre el lugar donde debería recibir culto durante todo el año, y de paso el lugar en donde debería incorporarse a la procesión del Jueves Santo. Después de haber estado muchos años de su historia en la capilla del Colegio de los P.P. Salesianos (actual biblioteca general Universitaria del Campus de Cuenca), fue trasladada a la iglesia de San Andrés, y desde allí a la nueva parroquia de San Fernando, lugar donde recibe culto tanto la imagen actual como la anterior de Ricardo Font.
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