Semana Santa. Pincelada histórica de la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz-de los Espejos-
Pincelada histórica de la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz-de los Espejos-
En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio de Dios. Por Él fueron hechas todas las cosas y sin Él no se ha hecho cosa alguna de cuantas han sido hechas. En Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres y esta luz remplace en las tinieblas, y las tinieblas no la acogieron.
Nos encontramos ante una de las cofradías más antiguas de la que conforman los desfiles procesionales conquenses. Conocemos su existencia desde principios del siglo XVII en el desaparecido Convento de San Agustín, desde el que se organizaba el desfile de la madrugada del Viernes Santo, saliendo junto con las demás imágenes de esta institución, en la madrugada de los Nazarenos.
En 1658 se establece en la iglesia de San Martín, desapareciendo después. En 1722 se nombra una comisión para formar una nueva Hermandad con sede en la mencionada iglesia, siendo igualmente conocida como Hermandad de la Cruz Grande. En cuarenta y uno de los artículos aprobados se establece el pago de sitios, el cumplimiento de la fiesta de la Santa Cruz, el acompañamiento a difuntos, etc.
El 15 de febrero de 1756 solicita la Hermandad poder ocupar la capilla existente al lado del Evangelio en la iglesia de San Martín, lo que les es autorizado por el Fiscal General de la Diócesis, quien aprovechó para exhortar a la Hermandad a su buen funcionamiento y administración y colocarla como ejemplo para otras que no se ajustan a lo aprobado en sus estatutos.
Tejedores y Laneros son los gremios que se cobijan alrededor de esta advocación y a los que en 1766 se les concede el privilegio de desfilar a las diez horas del Viernes Santo, haciéndolo sin recorrido fijo hasta la organización del desfile a principios del siglo actual. Figurando como única obligación la de pasar por la calle donde vivía el Hermano Mayor. Situación que permitía ver la imagen por lugares inverosímiles de la ciudad, existiendo constancia de que en ocasiones llegó hasta el Castillo, mientras que en otras desfiló por las intrincadas callejuelas que rodean el Almudí. En 1771 se sitúa de nuevo en una capilla en el Convento de San Agustín contando con una talla realizada hacia el 1714 por el escultor Alonso Palacios.
Tras la destrucción del Convento de San Agustín pasa en 1835 a su actual capilla en la iglesia de El Salvador. Los privilegios que tiene concedidos le llevan, en 1942, a la organización y presidencia del desfile procesional del Viernes Santo. Los nuevos estatutos aprobados en 1907 establecen la actual uniformidad, así como el nombramiento de suplentes de los banceros para evitar que al llegar a la plaza Mayor lleven el Paso personas extrañas a la Hermandad.
El 21 de febrero de 1940, siete hermanos celebran la primera junta de diputación tras la obligada suspensión bélica, en casa de Pedro Carralero. Solicitando una imagen existente en el Convento de las Carmelitas Descalzas, realizando las andas los hermanos Pérez del Moral. En 1943 desfila la Hermandad con una talla de La Dolorosa, propiedad de la Junta de Cofradías, con la que se espera dar más realce al desfile una de las características singulares que definen a esta arraigada Hermandad.
En 1943 recibe la Hermandad la talla actual realizada por Marco Pérez, donada por el Ayuntamiento de la ciudad que se instala provisionalmente en la iglesia de San Antón, por las obras de reconstrucción de la capilla de El Salvador. La imagen realizada por Marco Pérez representa a Jesús clavado en una cruz de espejos, con la cabeza reclinada al lado derecho, acaba de expirar. Desfila sobre andas diseñadas por el escultor y realizadas por los hermanos Pérez del Moral. El Cristo de la Luz representa el primer Cristo muerto de la Semana Santa de Cuenca.
Desde finales de la década de los años veinte, la Cofradía había convertido el paso del Cristo de la Luz en el paso de la Lanzada tras incorporar las tallas necesarias para esta nueva representación.
La Hermandad estudia recuperar el paso de La Lanzada, si bien en esta ocasión sin incorporar al mismo la talla titular. En 1951 se encarga a Leonardo Martínez Bueno la elaboración de este nuevo grupo escultórico que se incorpora al desfile en 1954.
Un paso de cinco figuras de composición piramidal, en la cual Cristo, en el centro, recibe la lanza en el costado. A su derecha, Longinos, a caballo, acaba de sacar su arma del cuerpo ensangrentado de Jesús. La escena se completa con tres imágenes de vestir: San Juan de pie, mira la escena en actitud implorante y a la vez resignada; María Magdalena, arrodillada al pie de la Cruz, mira directamente hacia el rostro del Crucificado; la Madre, envuelta en llanto, apoya su dolor en el madero.
Ese mismo año, y de forma prácticamente involuntaria, se encuentra la Hermandad desfilando igualmente en el desfile del Martes Santo, al recibir la donación de una talla de María Magdalena.
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