San Clemente vive con intensidad, fervor y devoción la llegada de la Virgen de Rus
A las 13:30 horas, entraba la “Madre de los Sanclementinos” al pueblo, ya sin la lona, para iniciar su camino que a ritmo de pasodobles le llevaría hasta la Plaza del Carmen, para entrar a la carrera a la iglesia del convento de Madres Carmelitas “San José y Santa Ana”.
La villa manchega de San Clemente celebró ayer, la “Venida de la Virgen de Rus”, sin duda una de las citas más multitudinarias que congrega a más de 15.000 personas en San Clemente en un único fin de semana. A primera hora de la mañana del domingo, 16 de abril, la cuadrilla de portadores que se adjudicaron las andas el pasado domingo, día 9 de abril, trasladaron de San Clemente a la ermita de Rus a la Virgen de los Remedios, que descansa todo el año en la localidad.
Los 9 Kilómetros que separan los dos parajes se recorrieron entre vítores y cánticos. Al llegar al Paraje de Rus, en la subida a la ermita fueron las mujeres las que llevaron a hombros a la Virgen del Remedio. Ya en la ermita se celebró una misa al aire libre con las imágenes de la Virgen del Remedio y de Rus, presidiendo la eucaristía. Seguidamente, los sanclementinos y visitantes disfrutaron de una mañana de almuerzos en familia donde reinó la cordialidad.
Al mediodía, la Virgen de Rus salió a hombros de sus portadores acompañada por devotos y visitantes, a la carrera, y al compás de pasodobles en busca del pueblo de San Clemente. A las dos de la tarde llegaba al Salto donde se le quitó el protector del camino para realizar una procesión popular al ritmo de la música hasta la Plaza del Convento de Carmelitas, donde entraron a la Virgen a la carrera a través de un estrecho pasillo de gente. Realizando una de las imágenes más impactantes y multitudinarias de la “Venida de la Virgen”.
Por la noche, se celebró la procesión de gala por el itinerario de costumbre haciendo parada en el convento de las Madres Clarisas y Trinitarias. Al llegar a la puerta de la parroquia de Santiago Apóstol los portadores encabezados por Antonio Martínez, bailaron la imagen con alegría desbordada entre gritos de “Guapa, guapa, y guapa”; una vez en el interior de la iglesia se cantó la Salve.
La Santísima Virgen de Rus estrenó un manto de camino para la romería donado por una familia de San Clemente.
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