Cuenca fue un Duelo en la noche de Sábado Santo tras la muerte de Cristo
A las siete en punto de la tarde daba comienzo la procesión Del Duelo, desde la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, esta procesión desfiló por primera vez en el año 2018, (tan sólo en dos ocasiones ha podido completar su estación de penitencia, como consecuencia, (primero por la lluvia y después por la pandemia de la COVID-19), la única hermandad y paso que componen el desfile procesional en la tarde noche del Sábado Santo conquense.
Muchos espectadores compuestos tanto de conquenses como de visitantes animados por las altas temperaturas de la tarde y la puesta escena de la joven hermandad han seguido con verdadera pasión el desfile procesional de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y las Santas Marías, desde su inicio hasta su final en la Catedral de Cuenca.
Abría la procesión de las Tres Marías: La Virgen, María Magdalena y María Salomé, una cruz de guía junto a dos tradicionales matracas y una carraca que ha sido prestada por una parroquia de la provincia de Cuenca. Encaminado su desfilar la procesión de Duelo por las calles Aguirre, Las Torres para traspasar la Puerta de Valencia y ascender al Casco Antiguo por las calles Alonso de Ojeda, Solera y del Peso y llegar a Andrés de Cabrera con el acompañamiento de la Agrupación Musical Alfonso Octavas que interpretaba marchas procesionales adaptadas para la ocasión por músicos conquenses.
Los hermanos que acompañaban en las filas de la procesión llevaban cirios en sustitución de las tradicionales tulipas. A la altura de las escaleras del oratorio de San Felipe Neri, el Coro del Conservatorio de Cuenca dirigido por su nuevo director Jesús Mercado Martínez, interpretó el motete “María Magdalene”.
Avanzaba el desfile por la calle de Alfonso VIII en busca de la anteplaza y la Plaza Mayor llegando a la misma alrededor de las 21:20 horas, siendo recibida la hermandad por numeroso público que esperaba su venida al Seo conquense.
Con la llegada a la Santa Iglesia Catedral de Santa María y San Julián se daba por finalizada la procesión del Duelo, comenzando en el interior los actos religiosos. Sobre las andas del paso, iba el Cirio, que una vez en la Catedral fue encendido el fuego de la Pascua de la mano del Obispo de la Diócesis José María Yanguas.
Fue en ese momento cuando todos los nazarenos que habían desfilado en la procesión del Duelo se quitaron el capuz negro que cubría sus cabezas, simbolizando el triunfo de la Luz sobre la penumbra y como anuncio de la inminente Resurrección de Cristo.
El paso de Nuestra Señora de los Dolores y las Santa María es obra de Francisco Javier López del Espino. María Salomé estrenó un manto de color azul marino y María Magdalena un mantolín.
Comentarios
Publicar un comentario