Cuenca rinde homenaje al padre artístico de la Semana Santa: don Luis Marco Pérez
“La Ruta de Marco Pérez” que comprende: parroquia de San Esteban, Iglesia Virgen de La luz, parroquia de El Salvador, Museo de la Semana Santa, Museo de Cuenca, Iglesia de San Pedro, Sala Iberia, Monumento de Chicuelo II, a Lucas Aguirre, a los Soldados Conquenses muertos en la Guerra de África en 1926, y el Pastor de las Huesas del Vasallo de 1930, pone en valor la insigne figura del Padre Artístico de la Semana Santa de Cuenca a tan solo una semana de ver sus imágenes desfilando por las calles de Cuenca.
La Semana Santa de Cuenca fue declarada de Interés Turístico Internacional en el año 1980 junto a Málaga, Valladolid y Sevilla. “¡Casi nada!”. Este galardón se debe en gran medida a la persona del imaginero conquense reconocido internacionalmente don Luis Marco Pérez.
Marco Pérez, fue enviado por el “Supremo Hacedor” para que creará, moldeara, gubiara imágenes suyas lo más reales posibles, vividas por él, en su Pasión, Muerte y Resurrección para la ciudad de Cuenca.
Con el fin de que esas iconográficas tan reales sirvieran en el tiempo para dar luminiscencia de esos hechos y, por medio de las mismas ofrecer testimonio de su vida humana en la Jerusalén de Castilla por los siglos de los siglos.
Hay que retrotraerse en el tiempo y volver a la Cuenca de la desaparición de la imaginería procesional como consecuencia de la Guerra Civil española. Los pasos e imágenes son quemados y destruidos y se necesita a un escultor que se ponga a reconstruir la Semana Santa conquense de inmediato.
Surge como un “Ángel Salvador” el imaginero Marco Pérez con sus prodigiosas manos guiadas por “El Creador” para que comience a realizar imágenes procesionales similares a su efigie y semejanza, contando con 19 de los pasos que desfilan actualmente en las procesiones conquenses.
Marco Pérez comienza con gubia en mano a crear vida en los olorosos troncos de las maderas noble, estampando en sus obras la serenidad más augusta, y concediendo a sus imágenes fuerza, belleza y dulzura, que son puestos al servicio de la fe. Convirtiéndose por mérito propio en uno de los escultores más importantes de la imaginería religiosa del siglo XIX, junto a José Capuz, y a Federico Coullaut-Valera, entre otros.
Entre 1940 y 1955 la ocupación del escultor es incesante, centrándose en cincelar monumentos en honor a los vencedores de la guerra y en tallar numerosos pasos procesionales para Cuenca y Ciudad Real. Sus primeros encargos fueron la realización de la imagen de Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna de la iglesia de San Antón y de Nuestro Padre Jesús Nazareno de El Salvador, que desfilaron por primera vez en los años 1940 y 1941 respectivamente.
La recién creada Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cuenca, que se marcó como principal fin la reconstrucción de la misma, le anima para que se decida de forma exclusiva en rehacer la práctica totalidad de las imágenes y pasos procesionales, con el resultado de devolver a la Semana Santa el esplendor que tenía antes, acción que realiza de forma notable y con matrícula de honor.
En toda su extensa obra: San Juan Bautista, La Oración en el Huerto, la bella imagen de San Juan Evangelista, El Beso de Judas, La Virgen con San Juan, La Soledad y el Cristo Yacente, Cristo de los Espejos, Virgen de las Angustias, Descendimiento y San Pedro Apóstol, entre otras, emuló a los grandes maestros castellanos y andaluces del Siglo de Oro o al Salzillo dieciochesco.
Merecido homenaje de todas las instituciones-Gobierno regional, Diputación, Ayuntamiento, Junta de Cofradías y del Obispado, al “Padre y Creador Artístico” de la Semana Santa de Cuenca, profesor de la Escuela de Bellas Artes y académico de San Fernando don Luis Marco Pérez.
Esta “Ruta de Marco Pérez” va a dignificar, profundizar y divulgar la obra de Marco Pérez, sacando a la luz, bocetos, esculturas de mármol y bronce algunas inéditas y los premios nacionales de escultura que recibió a lo largo de su extensa trayectoria profesional.
Creador de obras llenas de infinita sabiduría artística y que sus ágiles manos labraron y que volveremos a ver por el Gólgota de Cuenca, en una semana, en forma de museo viviente del imaginero de Fuentelespino de Moya, que afirmaba que: “CUENCA LO ES TODO PARA MÍ”.
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