"¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor a Cuenca!"
Brillante y multitudinaria procesión del Hosanna en Cuenca
Escalofríos de abajo a arriba los que han recorrido a los nazarenos en la antigua iglesia de San Andrés al oír la aldaba golpear después de dos años la puerta y el redoble del tambor y el sonido de la trompeta anunciando la Buena Nueva a la ciudad de Cuenca.
Después de dos años de ausencia de la Semana Santa de Cuenca, está ha vuelto y de qué forma. Los conquenses necesitaban vivir de nuevo su “Semana Santa” con la profundidad de su significado. Necesitaban sentir su presencia en el interior de cada uno y en la calle para manifestar sus sentimientos hacia esta pasión tan enraizada en el pueblo conquense.
A las 9:30 horas, salía de la antigua iglesia de San Andrés la primera procesión de Semana Santa, presidida por la Venerable Hermandad de Jesús Entrando en Jerusalén y Nuestra Señora de la Esperanza.
Previamente en el interior de la antigua iglesia se inmortalizó al hermano Edu Zafra fallecido durante el año y al cual se recordará ahora y siempre con entrañable afecto. La Hermandad entregó a su viuda Marta una horquilla de las que había utilizado durante tantos años Edu en la procesión portando en sus hombros a Jesús y a la Virgen.
Abría el cortejo de la blanca locura nazarena la Banda de Trompetas de la Junta de Cofradías dirigida por Francisco Javier Poyatos que decencia marcialmente por la calles del Peso, Solera, Plaza del Salvador y Alonso de Ojeda llegando a la puerta de Valencia donde se producía uno de los momentos más bellos con la interpretación por parte de la Escolanía Ciudad de Cuenca dirigida por Carlos Lozano, de sendos motetes a los pasos de Jesús y la Virgen.
Continuaba el inmaculado desfile por la parte baja de la ciudad por las calles de las Torres, Carretería y Calderón de la Barca, donde la Banda de Música de Cuenca dirigida por Juan Carlos Aguilar Arias, ha interpretado la marcha procesional “Tulipas al Cielo” de José Mencías Sanglada, en recuerdo de todos los nazarenos fallecidos.
Con el sonido de la marcha procesional se llegaba hasta el puente de la Trinidad, para iniciar el ascenso por Palafox, San Juan y Andrés de Cabrera hasta llegar al Oratorio de San Felipe Neri, donde ha tenido lugar la bendición de las palmas y ramos de olivo por parte del obispo de la Diócesis de Cuenca, José María Yanguas.
Seguidamente la procesión llegaba hasta la Plaza Mayor para ser recibida por una lluvia de pétalos y hojas de olivo al hacer su entrada por los arcos del Ayuntamiento. Finalizando el recorrido procesional con la entrada de las imágenes a la Catedral de Santa María y San Julián, sobre la una y media. A continuación se ha celebrado en dicho templo una Misa Estacional con autoridades, hermanos y fieles oficiada por el obispo de Cuenca.
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