Semana Santa
El sentimiento turbo inunda Cuenca por unos minutos
Viernes, 10 de Abril de 2020 Cuenca | D. Guijarro
El llamamiento del Grupo Turbas a tocar los tambores y clarines en las ventanas ha tenido una buena respuesta por parte de los turbos que con su sonido han inundado Cuenca y han llevado la emoción de la Semana Santa al corazón de los vecinos en todos los barrios de la capital
Faltaban unos minutos para las doce del medio día y desde el mirador privilegiado que ofrece la plaza de Mangana de las vistas de la ciudad sólo se escuchaba el rumor del Júcar que desfila con gran cantidad de agua y sin el sonido del tráfico y el bullicio que normalmente ahoga su voz. Cuando las manecillas del reloj marcaban la hora señalada, las campanas comenzaban con el Miserere para recordar a los conquenses que el coronavirus habrá evitado que las procesiones salgan a la calle pero no podrá evitar nunca que el sentimiento nazareno brote de los corazones.
En las caras y los gestos no había amargura. Desde hace tiempo se había asimilado que esta Semana Santa iba a ser especial por las restricciones que impone el coronavirus. Pero la iniciativa del Grupo Turbas les ha dado un motivo de alegría. Así lo reconoce Alejandro, turbo desde hace más de veinte años y que a unos metros de la anteplaza del Ayuntamiento reconocía que "por lo menos hemos podido salir un rato y pasar unos momentos agradables y diferentes al resto de los días" para consolarse pensando que de cualquier forma la lluvia no hubiera dejado salir la procesión este año.
A su lado sus hijos. La más pequeña es la primera vez que vive Las Turbas y lo hace en una ocasión nunca antes vivida, "espero que no crea que esto es siempre así", comenta su padre entre risas. Su hijo Manuel de siete años, asegura que esto es "algo excepcional" y comenta emocionado la experiencia vivida este Viernes Santa. "Parece que es una procesión normal, pero es una procesión de ambulancias y policía, es genial. Admito que esta cuarentena está también muy bien".
Unos metros más abajo Chechu, desde detrás de la reja de su ventana, reconoce la emoción que ha vivido durante estos diez minutos. "Reconozco que nos ha pillado por sorpresa pero en cuanto hemos sentido los tambores nos hemos asomado para participar. Es muy emocionante", comenta rodeado de toda la familia. Confía que, aunque es una buena iniciativa, "el año que viene podamos celebrarla en la calle y no desde las ventanas. Es un deseo muy grande". Jesús, su hijo, reconoce que tiene ya ganas de salir a la calle y no duda en asegurar que le gusta más la forma tradicional de celebrarlo.
HOMENAJE DE LOS SERVICIOS DE EMERGENCIA
No ha sido el único homenaje y recuerdo a la Procesión Camino del Calvario que se ha vivido este Viernes Santo en Cuenca. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y los servicios de Emergencia han querido sumarse a esta celebración atípica.
El recorrido comenzaba en San Felipe Neri donde habitualmente tiene lugar el cántico del Miserere. Allí han comenzado escuchando el sonido de la Torre Mangana para una vez terminado comenzar "la procesión de ambulancias y policías", como comentaban los más pequeños, para subir hasta la Plaza Mayor donde por unos instantes han sido sus luces y sirenas los encargados de ofrecer esta peculiar plegaria.
Tras unos minutos de potente sonido, la comitiva de ambulancias, Bomberos, Protección Civil, Policía Local, Policía Nacional y Guardia Civil, comenzaba a desfilar calle abajo para realizar un pequeño recorrido por el centro de la ciudad donde, en esta ocasión, han sido ellos los que han recogido el agradecimiento de los cientos de personas que asomadas a sus ventanas en forma de aplausos.
La comitiva terminaba en el Convento de las Hermanas Concepcionistas de la Puerta Valencia donde las sirenas han cesado para escuchar el sonido de la música. Desde allí, y con fuerzas renovadas, volvían a las trincheras de esta guerra sabedores que esta mañana han ganado una nueva batalla: levantar el ánimo a toda la ciudad.
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