De visita a la Abadía de Jábaga: Fábrica de chocolate conquense
A tan sólo diez minutos de Cuenca se encuentra la Abadía de Jábaga, donde se fabrican piezas artesanas originarias del cacao. Además de unir el gozo por la cultura del chocolate a la de otros valores añadidos como la cosmética, la repostería o incluso la ropa.
Situada en un paraje espectacular como es el pueblo de Jábaga, libre de toda ofensa a la contaminación y en pleno contacto con la naturaleza. Metrópoli histórica por el paso de una de las calzadas romanas que unía Segóbriga hacia Cueva del Hierro, sirviendo también de paso del cacao transportado por los monjes del Monasterio de Piedra.
En su museo etnográfico se puede observar la época prerromana, la vida de los pobladores de la zona, los lobetanos, los habitantes de Jábaga y las tres rutas históricas que confluyen en el lugar, caso de la ruta del cacao, ruta del hierro y el camino de la lana hacia Santiago de Compostela. De hecho, una imagen de un peregrino preside la explanada del complejo.
Los religiosos llevaban las primeras habas de América desde el puerto de Sevilla al Monasterio de Uclés y de ahí a tierras de Aragón, primer sitio de España donde se fabricó chocolate, por lo que de alguna manera el pueblo de Jábaga está estrechamente relacionado con la producción de este delicioso dulce.
Por medio de la visita a la Abadía de Jábaga, se puede conocer los orígenes conquenses del chocolate en Europa. En el siglo XVI un monje de la orden del Cister, Fray Jerónimo de Aguilar, que acompañó a Hernán Cortés a México y García López de Cárdenas, descubridor del Cañón del Colorado e hijo del último Maestre de la Orden de Santiago envían una buena muestra de cacao y varias recetas al monje encargado del monasterio de la Orden de Santiago en Uclés (Cuenca).
Cuenta la leyenda que los monjes en la Ermita de San Roque, es decir, donde hoy está situada la Abadía de Jábaga, realizaron un trueque de pertrechos y habas de cacao, para llegar al Monasterio de Piedra, con una de las posibles recetas para la elaboración de “xocoalt” o cacao. Estos monjes lo llevaron por esta ruta (primera ruta del cacao) por Jábaga, al Abad, Antonio Álvaro del Monasterio de Piedra (Zaragoza), en 1534 (primer Obrador del chocolate en Europa).
Una fábrica de 3.000 metros de planta, con muros de piedra y trazas de Abadía gótica, que muestra a todos los visitantes los procesos de fabricación en su obrador de chocolate gourmet, elaborado con ingredientes de primera, como el cacao criollo, y un museo que se puede visitar por 5 euros.
Esta catedral del chocolate cuenta con un Auditorio, ubicado en el ábside de planta de cruz, donde se encuentra el órgano con pinturas de Jesús Mateo, pintor conquense y autor de las Pinturas Murales de Alarcón, patrocinadas oficialmente por la UNESCO desde el 3 de diciembre de 1997 por su alto interés mundial. El órgano fue construido por los prestigiosos hermanos Desmottes.
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