El pueblo de Priego emplazado en el valle del río Escabas, exhibe por los cuatro puntos cardinales infinidad de hermosos parajes naturales aderezados de monumentos históricos que lo conforman como un referente o prototipo incuestionable de un lugar con un gran legado histórico y cultural dentro de la provincia de Cuenca.
Cuenca | Rafael Torres/EL DIA digital.es
Domingo, 12 agosto 2018
Asentado en las primeras colinas de la serranía, haciendo de bisagra entre los paisajes alcarreños y serranos, surcado por los ríos Guadiela y Escabas, debe su origen a la época de dominación romana. Pueblo alfarero por sucesión del noble oficio de manos de los árabes y artesano del mimbre que sigue manteniendo vivo el oficio de la cestería con piezas características. En sus tierras se cultivan grandes plantaciones de este arbusto de la familia de los sauces que convierten los valles de los ríos Escabas y Trabaque en un colosal piélago de color verde en verano y rojo fogoso y ardiente en invierno.
Sufrió en sus monumentos las consecuencias de la guerra de la Independencia contra los franceses y la Guerra Civil Española. Señorío de los Condes de Priego de cuyo castillo sólo resta en pie el llamado torreón de los Despeñaperros. Y su “casona –mansión” situada en la Plaza Mayor de la localidad que ejerce como Ayuntamiento.
Acrecienta gran interés la iglesia de San Nicolás de Bari, cuya construcción se empezó en el siglo XII. Destacando el crucero renacentista, la torre, del siglo XVI, y la imagen de la Virgen de la Torre patrona de la ciudad. El cuadrado y esbelto campanario, emplazado a los pies y adosado al muro de la Epístola, es la más bella torre renacentista de toda la provincia de Cuenca.
Otorgan representación y signo monumental a la villa las edificaciones como la casa Pareja, con puerta adintelada, gran escudo encima y ventanas rectangulares; la casa de la Inquisición (Corporación que jugó un papel fundamental en la zona por los numerosos edificios que hacen referencia a esa institución), junto con la cárcel.
La figura del genial ciclista conquense Luis Ocaña, natural de ese municipio, es inmortalizada al pasar por el parque que lleva su nombre. Ciclista profesional entre los años de 1968 y 1977, cuyos mayores laureles competitivos fueron las victorias absolutas en el Tour de Francia de 1973 y en la Vuelta a España de 1970. Cuenta con un monumento en dicho parque.
Ir a Priego y no visitar a la afueras de la población “El Convento de San Miguel de las Victoria” es un ultraje y una ofensa para la vista. Es injustificable no visitar ese lugar. Por la zona en que se alza, mediada una ladera de la hoz del Escabas y dominando un admirable paraje de despeñaderos calizos y frondosa vegetación en el fondo. Desde el mirador se puede disfrutar de una vista espectacular del estrecho y divisar la amplia y encrespada Alcarria.
Este Convento Franciscano fue fundado en 1574 por don Fernando Carrillo de Mendoza, sexto conde de Priego. El presente conjunto monacal corresponde al siglo XVIII. Realizado por el arquitecto Martín de Aldehuela, con la ayuda económica del rey Carlos III. En su interior existe una capilla en honor del Santísimo Cristo de la Caridad, imagen venerada y fervorosa de todos los Pricenses y de los habitantes de su comarca, realizada por el escultor Carmona, en estilo barroco.
Por todo lo explicado sobre el gran patrimonio arquitectónico, natural y artesano que tiene Priego, bien se merece una excursión por sus calles para conocerlo de primera mano y sentir la seducción de un entorno espléndido en cualquier recoveco de sus calles y paseos. Gracias a Elena, Javi y Samuel por hacer de guías turísticos de este monumental pueblo.
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