Balance artístico de la Feria Taurina de San Julián 2021. Volvieron los toros a Cuenca para consagrar la Feria de San Julián como una de las grandes
Volvieron los toros a Cuenca para consagrar la Feria de San Julián como una de las grandes

La mejor noticia para aficionados y público al arte de la tauromaquia fue el retorno de las corridas de toros a la plaza de Cuenca. Volvieron los toros, después de un año de ausencia obligada por la pandemia del Coronavirus.
La empresa organizadora dio un paso al frente para recuperar la feria taurina de San Julián del 2021 y que está, siguiera manteniendo la mejor “vitalidad y salud” entre las plazas de segunda categoría como viene haciendo desde sus inicios. La pandemia obligó a sacar un abono reducido y la afición respondió cobrando el protagonismo que demandan este tipo de espectáculos.
Durante los tres días de festejos los aledaños de la plaza de toros de Cuenca, respiraba un ambiente festivo pero distinto a las tardes de feria de antes de la pandemia. El uso de la mascarilla y el miedo al contagio del coronavirus marcaron un comportamiento alejado del fervor de otros tiempos. Había muchas ganas de toros en Cuenca, pero aún había más ganas todavía de volver a pisar el interior de la plaza de toros después de un año de aridez taurina.
Tremendamente emocionante resultó escuchar los primeros sonidos de clarines y timbales anunciando la salida del primer toro de la tarde. La música del pasodoble, la tralla del guía del tiro de mulillas, la voz del maestro en el centro del ruedo haciéndose presente. Los oles rotundos del público. El fuerte eco de las palmas de emoción como respuesta al triunfo. El sonido del saxofón de un espectador que se sintió músico en la plaza.
Para la memoria que la tarde de Miguel Ángel Perera, el sábado 21 de agosto. Con su saludo de capote y la media al quinto de manos bajas. Perera exprimió al castaño por su buen pitón derecho hasta el punto que una vez sometido, toreó sin la ayuda sobre la derecha rubricando muletazos de gran belleza artística. Estoqueando por arriba. Dos orejas de ley. Los aficionados vieron una de las mejores faenas de lo que va de temporada de Miguel Ángel Perera.
Los amantes al arte del rejoneo pudieron presenciar la gran dimensión artística del rejoneador Diego Ventura. Es un privilegio poder verlo en directo. Hoy en día no tiene competidor. Volvió a dar una clase magistral de toreo a caballo, apoyado en una universal cuadra de caballos. Su espectacularidad a la hora de manejar sus monturas hace que intérprete el arte de Marialva de forma soberbia. Su talón de Aquiles es el rejón de muerte.
De una u otra forma, volvieron los festejos taurinos a la plaza de toros de Cuenca, y eso conjeturó una gran alegría para los aficionados y espectadores que respondieron llenando las localidades permitidas en un aforo marcado por las medidas sanitarias. Había muchas ganas de toros después de dos años sin abrir la puerta de la plaza de toros del Paseo de Chicuelo II como consecuencia del coronavirus.
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