Escogidas las vacas para las inminentes fiestas de San Mateo
Las vacas seleccionadas pertenecen a las ganaderías conquenses de Pedro Miota y Juan Vicente Mora
El pasado domingo, día 7 de agosto, se eligieron las vacas que correrán en las próximas fiestas del apóstol san Mateo del 2022. Las reses bravas fueron elegidas por una comisión compuesta por representantes de maromeros, técnicos de festejos, personal de cuadras, y miembros de la Asociación de Peñas Mateas, asesorados por los ganaderos y vaqueros de las ganaderías donde se han adquirido las mismas.
La selección tuvo lugar en las fincas donde campean las ganaderías. De tal forma, que se desplazaron a la finca de Valtablao (Albarracín) para elegir las vacas de la ganadería de Juan Vicente Mora y de los Hermanos Mora. Para la selección de las reses de la ganadería de Pedro Miota, la comisión se desplazó a las localidades de Mariana “Dehesa Boyal” y Villar de Olalla “Osilla del Palmero”.
Siguiendo la sensatez y juicio de los expertos se designaron las vacas que más se ajustan a este tipo de festejos populares, siendo la edad de los animales en torno a los 6 y 8 años. Son de buenas hechuras tanto por su tamaño como por su aspecto morfológico y cuentan con grandes cornamentas. Las reses bravas elegidas son de pelos cárdenos, negro mulata y alguna de capa colorada muy típica del prototipo genético de la línea “Coquilla” de Santa Coloma, las pertenecientes al hierro de Juan Vicente Mora.
Las vacas elegidas de la ganadería de Pedro Miota son de encaste Marques de Domecq, anteriormente esta ganadería pertenecía a D ª Pilar Canales, esposa del torero conquense Curro Fuentes. Cuyo hierro también estuvo presente en las fiestas de San Mateo hasta la desaparición de la mismo.
Este año las fiestas de San Mateo, declaradas de Interés Turístico Regional desde el año 2001, estrenan nueva normativa que deberá de adecuarse a la celebración del festejo más popular que vive la ciudad de Cuenca. Normativa que traerá nuevos cambios a la hora de la suelta de las vaquillas enmaromadas por las calles del casco antiguo de la ciudad, como forma de conmemorar la Conquista de la ciudad del poder sarraceno por el buen rey Alfonso VIII, en 1177.
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