La cara amable de Filomena: muñecos de nieve, solidaridad y alegría en los parques
Filomena llegó a Cuenca y en pocas horas cubrió de nieve toda la ciudad y provincia sirviendo como un segundo regalo de Reyes para los niños y niñas.
En otras zonas de la península como en Madrid, Guadalajara, Albacete, Filomena no ha sido tan amable y ha dejado estelas trágicas que serán difícil de olvidar en bastante tiempo.
Nadie se imaginaba, ni por casualidad, y a pesar de que los partes atmosféricos de la Aemet, ya lo advertían, que la borrasca Filomena iba a venir cargada de tanta nieve. Descargo nieve como si saliera de un recolector del cielo, de forma imparable. Ha sido una nevada histórica y frenética.
Esta nevada de filomena recordaba a los inviernos de nuestros abuelos, muy fríos, tormentosos y borrascosos, con medio metro de nieve larga en las calles de los pueblos serranos y sabañones en las orejas.
El nombre de Filomena viene de origen Griego y puede significar varias cosas, la primera de ellas “que ama la música “y también “la muy amada”, siendo de carácter apasionado, extremista, y muy violentas. A los hechos nos remitimos pues ha convertido a España durante todo el fin de semana, en un paisaje típicamente escandinavo con sus cantos congelados.
Para los niños “filomena” ha sido otro regalo de Reyes antes de retomar sus clases y volver a su rutina. Llenos estaban de chiquillos los parques céntricos y de los alrededores de las urbanizaciones disfrutando con su particular guerrilla de bolas de nieve y fabricando muñecos, eso sí, con mascarilla. Además de deslizarse con sus trineos de nieve por las laderas de los cerros cercanos a sus viviendas.
Es la otra cara de las nevadas tan pomposas y exageradas: regocijo y júbilo en los parques y desconcierto en las carreteras, muñecos de nieve y retrasos en los viajes, bolazos excesivos e inmovilización obligada de todo un país. Siempre difiere y chocha la alegría que produce la nieve con el caos que provoca.
Simbólicos y representativos escenarios de todas las ciudades se han convertido en insólitas ilustraciones que ya han quedado fotografiadas para el baúl de los recuerdos. Sin olvidar el talante solidario de los ciudadanos que salían de sus casas para ayudar a personas que se habían visto atrapadas por la borrasca. A modo de ejemplo, el grupo de vecinos que empujaban un autobús urbano que no podía circular por la nieve.
Por otro lado, el temporal “Filomena” ha hecho que por unas horas nos olvidemos que seguimos de pandemia. Ha permitido dejar de pensar en ella y ha devuelto por un espacio, la diversión y el ánimo de alegría, acompañada de las ganas de divertirse tan necesarias en estos tiempos.
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