Paseando por la ribera del Júcar a su paso por Cuenca
No hay nada mejor que comenzar el día festivo del domingo con una suave ruta por las orillas del río Júcar para llenar el cuerpo de oxígeno y salvaguardar la mente sana. Un paseo por debajo de la cornisa de la hoz del Júcar con los sonidos del reloj de la Torre de Mangana advirtiendo que el día va avanzando.
Atravesamos la calle Carretería en busca de la Plaza de la Trinidad y cogemos las escaleras que bajan hacia el río Júcar para comenzar nuestra ruta. Vamos a pasear por la margen izquierda del río Júcar, en sentido contrario a la corriente del río. Bajando las escaleras nos encontramos con el río Huécar, que pasa por debajo del Puente de la Trinidad para juntarse con el río Júcar.
Cruzamos el puente de madera sobre el Huécar, para descubrir unas vistas asombrosas del puente de San Antón y de la iglesia de la Virgen de la Luz, seguimos caminando por el camino de madera para introducirnos de lleno por el tramo que transcurre por las orillas del Júcar. Antes de seguir avanzando es ineludible fotografiar desde la arista que sale de la roca el Puente de San Antón y la iglesia de la Virgen de la Luz, reflejándose en el río Júcar.
Prolongamos nuestro caminar por el paseo de tablas de madera junto al Júcar, disfrutando de la naturaleza que se muestra por toda nuestra ruta. Bárbaro y feroz, el curso del Júcar, enfurecido y excitado por el deshielo y las lluvias.
Dejamos atrás el trayecto de tablas y continuamos por un camino de tierra convertido ahora en barro por las lluvias, hasta encontrarnos de nuevo con una cascada artificial que vierte de forma irracional las aguas del río Húecar al Júcar. El túnel comienza en el paseo del Teatro Auditorio.
Seguimos por el camino y pasamos por debajo de los rascacielos de Cuenca, que se sitúan en el casco antiguo de la ciudad y en el Barrio de San Martín. Construcciones apoyadas en la piedra que cuentan con la “rareza” de contar en su fachada principal con 3 o 4 pisos de alto para tener en su parte trasera hasta el doble de alturas.
Nuestro caminar no lleva hasta el castizo paraje del Recreo Peral, con su merendero, junto al recinto del juego de bolos, modalidad deportiva típicamente conquense. El sonido del agua que sale de la Fuente del Abanico nos invita a refrescarnos, al abrigo de leyendas de amores, celos y engaños.
Alcanzado este punto del recorrido tenemos varias opciones para continuar la ruta. Decidimos cruzar el Puente de los Descalzos para cruzar el río y caminar en dirección hacia la iglesia de la Virgen de la Luz. Pasamos junto a la escultura del “El Ganchero” que se encuentra ubicada, en el paraje del Recreo Peral, junto al quiosco cuyo autor es Javier Barrios.
Esta escultura recrea el trabajo de los gancheros en su medio natural, el río Júcar donde realizaban su duro trabajo. Fue realizada en 1990 en bronce, elevada en la roca, y estuvo colocada en el Parque de San Fernando, de donde fue retirada en 2015 por los daños sufridos por algunos vándalos.
Siguiendo la cuesta arriba llegamos hasta el Puente de San Antón que es el final de nuestra ruta de este domingo de final de enero de 2021. Una ruta muy accesible para todo el mundo, una pequeña caminata, que nos ha alegrado la vista junto al río Júcar, además de inhalar aire puro y conservar la mente sana.
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