La ciudad de Cuenca, se entregó a la Virgen del Carmen, en
su aniversario con una extraordinaria procesión, donde sobresalió la devoción
mariana que ha resistido, la dura prueba de 425 años desde su fundación del
Carmelo San José.
Anterior a la salida en procesión, se celebró una Santa
Misa, con imposición al finalizar la misma de los Escapularios de Ntra. Sra.
del Carmen, “Vestiduras de Gracia”, a los niños y banceros que han participado
en la procesión, presidida por el Excmo. Sr. Obispo D. José María Yanguas Sanz,
contando además con presencia en la iglesia y durante la procesión de
sacerdotes de otras parroquias, autoridades locales, Junta de Diputación y de
la comisión Ejecutiva de la Junta de Cofradías de la Semana Santa, que organizo
la procesión.
A las 20:00 h, iniciaba la procesión de gloria, abriendo el
cortejo los guiones, representativos de las hermandades nazarenas, continuado
de la imagen de Sta. Teresa de Jesús, y de Ntra. Sra. del Carmen, que fue
recibida con el “grito del pueblo de voto” y con los acordes del Himno
Nacional, interpretado por la Banda de música del pueblo Conquense de Osa de la
Vega, que se encargo de acompañar musicalmente a la procesión, interpretando
para la ocasión entre otras marchas: Esperanza Marinera, Caridad del
Guadalquivir, Pasa la Virgen de los Llanos, Hermanos Costaleros; flanqueadas
las imágenes por los banceros, del segundo turno que esperaban su puesto de
banzo, en la iglesia de san Felipe Nerí; cerrando el cortejo las autoridades
locales, y los devotos y piadosos de la Angelical del Carmen, que se dieron
cita en un gran número tanto dentro del
recorrido procesional como fuera.
En el trayecto de la procesión, en concreto, (puente de la
trinidad, calle Palafox, iglesia de San Felipe Neri, y Catedral Basílica), se
predico y ensalzo la humildad de María, y sus virtudes, por parte de los
sacerdotes: Raimon Thomas, Joaquín Ruiz, Manuel García y Mariano Ortega,
respectivamente.
Cuando el reloj de Cuenca, “Mangana”, daba las diez horas de
la noche, la procesión, fue recibida por el saludo de las campanas de la
iglesia de San Pedro, contigua al antiguo convento e iglesia de las Carmelitas,
donde finalizaba la procesión conmemorativa de la “Madre de Jesús”, en lo alto
de la ciudad. Como si fuera el Monte Carmelo de la vida eterna.
Rafael Torres
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