Cuenca llora la muerte de su “dulzainero” Herminio Carrillo
La música conquense pierde a un estimado músico y defensor a ultranza del folclore tradicional de la ciudad y provincia.
Se nos ha ido Herminio Carrillo Sánchez. El histórico dulzainero de la tradición conquense, fundador del grupo Tiruraina, siempre presente con su música en las fiestas de la ciudad alegrando, las mismas con su distintivas canciones, la mayoría compuestas por él, al ritmo de la dulzaina y el tamboril.
Maestro de música en el Colegio “Ramón y Cajal” y hasta su jubilación en el “Federico Muelas”. Querido y recordado por los alumnos a los que enseñó a amar la música. Dotado de una capacidad extraordinaria para dar a conocer la asignatura de música. Herminio mejor que nadie, sabía que la música ayuda al desarrollo integral del ser humano en sus capacidades sociales, intelectuales y afectivas.
Herminio era todo un célebre personaje musical en Cuenca, los conquenses lo conocíamos por sus intervenciones musicales en las fiestas de la ciudad. Donde participa activamente en todas ellas. De enero a diciembre todo el año acompañando a los conquenses con sus creaciones propias realizadas con los miles de instrumentos que él mismo confeccionaba.
Solista, arreglista musical, director y alma mater de la Rondalla Pulso y Púa, creada en el colegio Santa Teresa, donde coincidió en la misma con los grandes músicos: Ismael Martínez y Aurelio Mozo. Más de dos décadas de Mayos y Villancicos por las calles de Cuenca.
Herminio era un recopilador y referente del folclore conquense. Enamorado de las canciones populares de la provincia de Cuenca y de la capital como una gran conquense. Recorrió todos los rincones de la provincia con el deseo de recuperar la tradición oral cantada o instrumental. Formó parte del grupo “Tormo” que editó una de las primeras recopilaciones de mayos y rondas de la provincia.
Mencionar a Herminio Carrillo, es oír en nuestro interior villancicos compuestos por Él con música y letra: “San José arrulla al niño, que se duerme en sus brazos. Cerca, con su vahídos, dan calor la mula y el buey”. Oír su maravillosa voz de intérprete cantando el solo del mayo de Cuenca: “Vinieron las golondrinas y su nido haciendo están”. Y en plenas fiesta de San Mateo escuchar al ritmo de la dulzaina y tamboril la jota compuesta para la ocasión ya adaptada a los cánticos de San Mateo: “Cuidado que viene la vaca. Vaquillas de San Mateo. Corriéndolas van por la plaza”. Contribuyendo con su voz al acompañamiento de las marchas procesionales en la Semana Santa de Cuenca, “Angustias, te pusieron Angustias”.
Su última interpretación antes de que se agravará su estado de salud fue el canto de los mayos a nuestra Señora de La Luz. Su voz quedará resonando para siempre en la iglesia de San Antón: “Oh, Virgen bella, cándida flor, de las campiñas, de las praderas, eres la mejor”. “Venimos a verte tus hijos de Cuenca”.
Hasta luego Herminio. ¡Qué tiempo tan feliz! Nos has hecho pasar a las personas que te conocimos que nunca te olvidaremos para siempre quedará “Tú Cantar alegre del ayer”.
Ya se escucha en el cielo la dulzaina de Herminio expresando como nadie los sentimientos y expresiones de la música de Cuenca, de manera única, acompañado por su hijo “Herminiete” al tamboril como cuando formaron el grupo “Tiruraina”, padre e hijo.
De sonidos alegres se ha llenado el cielo con la voz de Herminio. Dejando en la tierra grandes amores.
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