Opinión. CEMENTERIO “SANTÍSIMO CRISTO DEL PERDÓN”: UN LUGAR PARA DESCANSAR EL SUEÑO ETERNO (Por Rafael Torres)
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CEMENTERIO “SANTÍSIMO CRISTO DEL PERDÓN”: UN LUGAR PARA DESCANSAR EL SUEÑO ETERNO (Por Rafael Torres)
Con la llegada de noviembre, penúltimo mes del año se recuerda a los seres queridos que ya nos dejaron en la vida terrenal. Los cementerios se colman de gente cargada de flores como muestra del recuerdo y del cariño a los seres queridos que ya han sido llamados a la vida inmortal.
Casi todos tenemos alguien a quien recordar en esos lugares de silencio y meditación, cercados con solemnes cipreses que según la mitología orienta las almas de los difuntos hacia el cielo. Personas que pertenecieron a nuestra familia y amigos que formaron parte de nuestra vida diaria.
El camposanto “Cristo del Perdón” de Cuenca, fue consagrado por el obispo de la sede eclesiástica, Pelayo González el 29 de mayo de 1899, aunque hasta el día 1 de julio no se realizaron los primeros enterramientos. Sin embargo, hay referencias en la prensa local que indican que en el año 1882 se hizo el primer plano de lo que iba a ser el nuevo cementerio a cargo del arquitecto Rafael Alfaro.
El arquitecto Castelbaris, en el año de 1984 modificó el proyecto y este fue otra vez reformado por el nuevo proyectista municipal Carlos Carbonell, que implantó algunas alteraciones al plano en el año 1986.
El nuevo cementerio conquense se comenzó a construir en el paraje “El Pozuelo” y en la “Dehesa de Santiago”, sobre una superficie total de 19. 470 metros cuadrados, las sepulturas para pequeños 274 y la misma capacidad para el cementerio civil. La parcela grande tenía 13.375 metros. El arquitecto Carbonell llevó a cabo la construcción de nichos ordinarios, que no estaban contemplados en el plano del proyecto inaugural.
La bendición del nuevo cementerio tuvo lugar el lunes 29 de mayo a las ocho de la mañana, a cargo del obispo de la Diócesis, Pelayo González Conde. Concurriendo también el gobernador civil, Carlos González Rothwos, junto al alcalde de la ciudad Santos Fontana, entre otras muchas autoridades locales y militares.
Curiosamente, el nuevo camposanto no realizó ningún enterramiento hasta el día 1 de julio por no poder disponer el Consistorio Municipal, de carruajes fúnebres hasta la segunda quincena de junio. El primer capellán del cementerio fue Ignacio Junquito y como conserje del mismo fue nombrado por el Ayuntamiento a Esteban Ramírez.
El primer sepulturero fue Manuel López que sustituye en el meritorio cargo a su padre Bruno López, recién jubilado. Los coches fúnebres para los pobres de la ciudad fueron adjudicados a Simón Martínez por la cantidad de 1.400 de las antiguas pesetas. El primer enterramiento registrado en el nuevo cementerio “Santísimo Cristo del Perdón” fue el de un anciano del Asilo de las Hermanitas de los Pobres.
Cabe destacar, el pórtico de entrada al mismo bajo un arco angular gustosamente decorado que da paso al portón de entrada al recinto santo. Contrapuerta realizada en forja que permite leer el nombre impuesto al cementerio.
Visitar el cementerio invita a la abstracción, a la tranquila reflexión, al recuerdo durable de nuestros seres queridos. Cuando vemos una llama de una vela encima de la tumba pensemos que:
“Esa frágil y temblorosa llama, fue brújula en una muerte y en una vida.”
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