HOY, DE RUTA HASTA LA ERMITA DE SAN JULIÁN 'EL TRANQUILO'
Domingo, 21 de Junio de 2020. OPINIÓN | Rafael Torres/El Día digital.es
Hoy he querido plantear mi ruta mañanera de este domingo, día 21 junio, inicio del verano hasta la ermita de San Julián “El Tranquilo”.
Me gusta visitar el lugar de mi tranquilo día como decía el bueno de nuestro obispo y patrón San Julián, en el cerro de la Majestad. Me gusta hacerlo en enero cuando celebramos su festividad y recibir la Nochebuena en este lugar lleno de paz.
Camino por las riberas del Júcar pasando junto a la parroquia de la Virgen de la Luz, en el castizo barrio de San Antón en busca del vetusto sendero que me lleve hasta la ermita de San Julián el Tranquilo, que arranca frente al Recreo Peral.
En total serán unos 6 kilómetros aproximadamente comenzando con una altitud de 923 metros sobre el nivel del mar llegando hasta los 1035 metros donde se encuentra la Cueva de San Julián que más tarde daría origen a la ermita que existe en la actualidad donde todos los domingos se puede escuchar misa.
La subida por la cantera cuesta un poco, quizás sea el peor tramo, luego resulta un paseo atrayente por las vistas tan espectaculares que se aprecian del Casco Viejo de Cuenca y de la Hoz del Júcar con su ambiente natural y sus riberas que nos reconfortaran el ánimo para subir las escabrosas cuestas de varios kilómetros.
Nos acompañaban en el camino los pinos, junto con las sabinas y enebros. A lo largo del sendero nos vamos a encontrar con varios miradores que ofrecen una vista grandiosa y general de la Hoz del Júcar como pilar de piedra donde se asienta una ciudad en equilibrio con las rocas. El Mirador del Batán nos lleva a descubrir la belleza de la Hoz del Júcar, al natural. En el Mirador de Emiliano se puede descansar y recoger fuerzas.
Una vez que llegas a la ermita del Santo, la paz y tranquilidad nos recibe junto al silencio que solo se rompe con nuestro andar. El agua fresca y transparente de la fuentecilla que hay junto a la ermita nos sirve para refrescarnos y coger fuerzas para la bajada. No sin antes meditar con el Padre de Cuenca y pedirle que interceda por nuestras “cosillas”.
Dejamos la visita a San Julián, y comenzamos a bajar por un camino que nos llevará hasta “El Escalerón”. Una escaleras labradas en la roca nos hacen llegar hasta el mirador de San Julián: preciosa vista de la Hoz del Júcar dónde se asoman los viejos espíritus de los poetas conquenses. "Arriba San Julián, abajo el río que sólo piensa en llegar al mar".
Finalizado el descenso por dentro de la roca, llegamos hasta la carretera que nos llevará de regreso a Cuenca siguiendo el verde curso del Júcar, sosegado y ameno en estas fechas.
Nos saludan los Chopos gigantescos, que buscan el techo de la hoz. La Piedra del Caballo se refleja como una isla de ensueño.
Alzar la vista para ver la altiva silueta de la ciudad vieja: San Isidro, San Pedro, San Miguel, Mangana, el edificio del Seminario Mayor de San Julián.
Llegamos a nuestro punto de partida habiendo realizado un paseo muy recomendable para el cuerpo y el espíritu. Siempre al Amparo y Consuelo de San Julián.
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