Doble jornada de vaquillas para cerrar las fiestas con un buen sabor de boca. Por delante queda un año para recordar unas carreras bonitas y largas mientras llega el 2018 que traerá novedades con la celebración del Congreso Nacional de Toro de Cuerda.
21 de septiembre, día grande para Cuenca. Atrás quedan tres días de fiesta que pasan factura incluso en los cuerpos de los más valientes. Peno no hay tregua. Mañana San Mateo 2017 será historia y habrá que esperar un año para volver a disfrutar de estas fiestas.
Quizás por este pensamiento la última jornada de vaquillas, en sesión doble, arrancaba por la mañana con ganas. Es cierto que con mucha menos gente, es lo que tiene que el día grande de la ciudad no sea festivo, pero ese es otro tema que se lo tienen que hacer mirar a quienes corresponde. Al menos este año sí se hizo un descanso para que los niños pudieran salir del colegio El Carmen, una demanda de los vecinos en años anteriores. No hay mal que por bien no venga y para quienes quieren disfrutar de las carreras ha sido el momento ideal.
Largas y rápidas carreras que han protagonizado algún que otro susto y que el puesto de enfermería del Ayuntamiento tuviera trabajo. Con menos público la protagonista decidió subir hasta la entrada del Museo de las Ciencias y el seminario. Un recorrido poco habitual. Un poco más abajo, frente a los arcos había tiempo y espacio para que algunos probaran suerte con el capote.
Poco a poco la plaza cobró el ambiente de las grandes ocasiones con nutridos grupos de amigos y una temperatura ideal que animaba a disfrutar de la calle, cada vez más concurrida con los peñistas que subían a la hora de comer. En San Mateo, como en Semana Santa, es costumbre sana recordar a las personas que han contribuido al engrandecimiento de la fiesta y nos han dejado en el año en curso. Es el caso de la imagen de Miguel García, ‘Miguelín II’ que colgaba de uno de los balcones de la plaza y que recordaba cómo domesticó a la célebre vaca Marisol cuyo nombre dio origen en 1980 a la peña Marisol.
Y llegó el momento de hacer una pausa para comer; no sólo de vaquillas se vive en San Mateo. Es hora de dar cumplida cuenta del esfuerzo de los cocineros para regresar poco antes a los calentamientos musicales que suponen los pasodobles. En esta ocasión más aplaudidos que de costumbre. Es la despedida final de esta tradición hasta el año que viene pero no hay momento para la tristeza que se aleja al ver ya la primera de las vacas en la plaza.
Unas fiestas que cada año trascienden la provincia de Cuenca atrayendo a corredores de otras partes de España. Es el caso de José y Javier, dos jóvenes aficionados a los toros de cuerda de Chiva que tenían ganas y curiosidad de conocer estas fiestas por primera vez. “Hemos visto ya tres vaquillas y la verdad muy buenas. Lo que más me ha impresionado ha sido la salida de la vaca de los toriles donde quien manda es la vaquilla. La verdad es que impresiona”, comentaba Javier. Fiestas diferentes a las que están acostumbrados a vivir en su localidad natal donde en lugar de vaquillas corren con toros. “Allí los corredores vamos delante del toro y cada ciertos metros se ata para que descanse, cambia mucho”, explica José. Aficionados que ya tienen reservados los alojamiento para el Congreso de Toro de Cuenca que albergará Cuenca. Un buen escaparate para la ciudad.
San Mateo se despide y, aunque es pronto para poner notas, lo que son los encierros y las carreras de las vaquillas ha logrado una nota muy alta. La participación ha sido excelente, sin olvidar que ha caído entre semana. Los animales han respondido a las citas de los mozos y los maromeros han sabido sacarles todo el juego posible.
Todo termina pero con la mente puesta en el año que viene, es hora de poner de nuevo el contador en 365 días para San Mateo. Habrá tiempo para descansar y prepararse porque como se suele decir ‘la vida son cuatro días, 18, 19, 20 y 21 de septiembre’. Los fuegos artificiales y la traca ponen el punto y final y con el último cohete la plaza entera rompe en gritos de Viva San Mateo.
Cuenca | D. G. / Rafael Torres.
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