Cultura. Se cumplen 96 años del nacimiento de Fernando Zóbel, fundador del Museo de Arte Abstracto Español
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Se cumplen 96 años del nacimiento de Fernando Zóbel, fundador del Museo de Arte Abstracto Español
El pasado 27 de agosto se cumplieron 96 años del nacimiento (1924 Manila, Filipinas) del creador del Museo de Arte Abstracto de Cuenca Fernando Zóbel de Ayala y Montojo. Con la creación de este Museo la historia de la ciudad de Cuenca cambió para siempre abriendo la ciudad a la modernidad.
Fernando Zóbel fue un “Rey Mago” para Cuenca, con su gran regalo convirtió a la ciudad en un foco internacional de cultura al que él sufragó con la generosidad de un mecenas que jamás exigió nada a cambio.
Por encima de su notoriedad como pintor, de su influjo como mecenas de artistas y fundador del Museo de Arte Abstracto, Zóbel es inmortalizado en la ciudad como el paseante incógnito de la plaza Mayor, compasivo y natural, incansable fotógrafo de sus vecinos y en especial de los niños, siempre dispuesto a la tertulia en cualquier rincón.
Eligió a Cuenca para situar su magnífica colección de pintura y escultura de forma casual. Gustavo Torner recuerda que se conocieron en Venecia en 1962; Zóbel sólo había estado en la ciudad de las “Casas Colgadas” como turista; después regresó de nuevo para comprar un cuadro de Torner y días más tarde se vieron en Madrid, cenando con Eusebio Sempere.
Fernando se lamentó de que no encontraba en Toledo ningún sitio para ubicar la colección que había ido formando. Gustavo Torner le comentó que estaban terminando de restaurar las “Casas Colgadas” y que el ayuntamiento no sabía qué hacer con ellas. Al principio no le atrajo mucho la idea: lo decidió un día mientras hablaba con Torner de pintura china. “Entonces dijo que había que hacer el Museo en Cuenca porque era la única forma de que siguiéramos hablando de arte oriental”.
Zóbel se convirtió en un vecino más de la ciudad con residencia en la plaza Mayor, en 1970 recibió el nombramiento de hijo adoptivo de la misa. Pasando largas temporadas en la misma.
A Cuenca dedicó tres libros, uno de dibujos, con comentarios en inglés; A sketchbook of sanish hill town, y dos de fotografías: Mis fotos de Cuenca y El Júcar en Cuenca. Zóbel siempre fue un admirador del río Júcar.
Su unión en el espíritu costumbrista conquense fue total, incluyendo su participación en la procesión del Jueves Santo de “Paz y Caridad” con la Hermandad de Nuestro Padre Jesús con la Caña. Él mismo relataba, jovial, cómo a pesar de ir escondido bajo el capuz y la túnica granate, la chiquillería de la plaza le reconocía en seguida en las filas de penitentes por sus grandes zapatos, gritando alegre: ¡Don Fernando, don Fernando!
Como hermano de la Hermandad de San Isidro Labrador de Arriba, fue enterrado en el pequeño camposanto de los “artistas” junto a personajes ilustres de la ciudad, desde el que se domina la ciudad, mirando la impresionante belleza de la hoz del Júcar.
En definitiva, Zóbel consiguió crear para el mundo un Museo de Arte Abstracto en la ciudad de Cuenca, una fuente de modernidad artística y estética.
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