Los niños convierte la Fuente del Oro en el 'pequeño Jerusalén'

Domingo, 07 de Abril de 2019. Semana Santa | Rafael Torres/El Día digital.es

La parroquia de San Julián por medio de sus catequistas ha celebrado en la mañana de hoy, día 7 de abril, domingo de pasión su tradicional procesión infantil por las calles del barrio de Fuente del Oro, como preludio oficial a la Semana Santa que dará comienzo el próximo Domingo de Ramos.

La procesión infantil ha comenzado después de la misa que ha tenido lugar a las 11:30 horas y se enmarca como una actividad dentro de la catequesis que realizan los niños en la parroquia del popular barrio conquense donde recorren las calles de San Damián, Paseo del Pinar y San Cosme.

Han sido cerca de dos centenares de niños pertenecientes a la catequesis y los que se han unido de otros barrios de la ciudad, los que han participado en las enseñanzas nazarenas a pesar de la baja temperatura con la que amanecido la ciudad. Condición que ha mermado la participación en la misma restando participantes en el desfile.

Abría el cortejo infantil los monaguillos de la parroquia portando los ciriales y la cruz de guía seguidos de la Banda de Tambores y Trompetas Jesús Nazareno de la localidad de Mota del Cuervo, puntual a este desfile desde sus inicios.

Los niños han desfilado con los pequeños pasos de Jesús de Medinaceli, Jesús de El Salvador precedido de pequeños turbos que no han dejado de hacer sonar su tambor y clarín, Cristo de la Agonía, la Cruz Desnuda, San Juan y la Virgen y como novedad el pequeño paso de Jesús Resucitado. Cerrando el desfile la Banda de Música Ciudad de Huete.

El momento más emotivo que vive esta pequeña representación nazarena se produce en la calle San Cosme donde el Coro de la parroquia interpreta el tradicional Miserere a los pequeños pasos junto al “Stabat Mater” y el “O Crux” y este año como novedad el “Aleluya” a la imagen de Jesús Resucitado.

La ciudad de Cuenca goza de una gran cantera nazarena que destila y brota en favor de la inmortalidad de la Semana Santa. Razón de peso para cuidar y mimar a estos pequeños nazarenos, pues ellos son el presente con el que enganchar y recoger el relevo generacional de la tradición nazarena que ya corre por sus venas.