Jueves Lardero, tajá y huevo
Cuenca celebra este 16 de febrero, el jueves lardero con un tiempo agradable donde los duros fríos de invierno han dado paso a un día soleado para “Lardear”.
Hay dos jueves que centellean en el calendario particular de los conquenses, uno es Jueves Lardero y el otro Jueves Santo. Son distintos en su celebración pero muy significativos en la vida de los conquenses.
Esta tradición está muy arraigada en la población conquense y en muchos pueblos de la provincia y del resto de España. Este hábito de comer tortilla, chorizo y tajá de lomo de orza, en el día de jueves lardero se viene haciendo de tiempo inmemorial.
Es costumbre de salir al campo con los compañeros de clase o amigos a “Lardear”, ya lo dice el refrán: “Para jueves lardero, pan, chorizo y huevo”. En las panaderías se fabrican el característico panecillo de jueves lardero, que se llena con las viandas anteriormente citadas. En uno de los días señalados en rojo en el calendario de cualquier conquense. Cada uno intenta celebrarlo y no pasar por alto esa tradición. Bien sea en bar, en el campo o incluso en el propio parque cercano al domicilio.
En Cuenca se disfruta de los espacios naturales que se encuentran muy cercanos como es la ladera del Cerro del Socorro, junto a los depósitos, el paraje de la Fuente del Canto, los miradores de las hoces del barrio del Castillo, la explanada de San Julián el Tranquilo o alrededores de la Playa Artificial, e incluso en El Chantre. Por supuesto, en las inmediaciones de la Ermita de San Antonio El Largo, la pradera de San Juan, y el paraje de Verdelpino.
Su celebración es anticipo del Miércoles de Ceniza, fecha que da inicio a la Cuaresma, el tiempo de cuarenta días que faltan hasta el Domingo de Ramos.
En las juergas romanas, en torno al solsticio de invierno, se acostumbra a comer en exceso, dicen que para acumular grasa en el cuerpo y soportar mejor los días más fríos del año.
“Untar en grasa la comida que se va asar”, es lo que significa el verbo lardear. Hace referencia a la cantidad de grasa que contienen los alimentos que se suelen consumir durante esta festividad.
En definitiva, hoy no es un jueves normal. Es una fiesta gastronómica por todo lo alto que celebran todos los conquenses y que para muchos recuerdan como un día muy divertido que deja profunda huella en la feliz memoria. Obligando a decir: ¡”Aquellos maravillosos Jueves Larderos de nuestra juventud que quedaron para siempre en nosotros”.
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