Duelo en la ciudad de Cuenca por el fallecimiento de Carlos Saura
En 1958 realizó su primer documental sobre la ciudad de Cuenca por encargo del Ayuntamiento, que fue premiado en el Festival de San Sebastián
El cineasta español murió el pasado viernes en su casa de la sierra madrileña a los 91 años de edad. Hoy iba a recibir el Goya de Honor, que se convertirá a título póstumo según lo expuso el presidente de la institución Fernando Mendez-Leite: “Por su extensa y personalísima aportación creativa a la historia del cine español desde finales de los años cincuenta hasta hoy mismo”.
Carlos Saura, amontonó y mantuvo una estrecha relación con Cuenca por mediación de su hermano el pintor Antonio Saura que se instaló en el casco antiguo de la ciudad. Entrando en contacto con el movimiento cultural de la época. Antonio Saura, se encargó de modelar sus directrices artísticas y con el que trabajo en varias ocasiones, como en el montaje de “Carmen”.
Nada más terminar sus estudios en el Instituto de Investigación y Experiencias Cinematográficas (I.I.E.C) Carlos Saura rueda, entre mayo de 1957 y mayo de 1958, el mediometraje documental “Cuenca”. Un reportaje gráfico donde muestra un honesto, sincero, aunque en ocasiones mero retrato turístico, de las tierras conquenses y de sus gentes, sin adornos ni suposiciones, con emoción, verdad y al mismo tiempo con evidente antipatía.
“Cuenca” fue su segundo trabajo en su amplia trayectoria en el mundo del cine español, obtuvo la Mención Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián de 1958, curiosamente el mismo año que Hitchcock lograba la Concha de Plata por su película “Vértigo”.
El documental fue un encargo del Ayuntamiento de la ciudad, que exploraba una visión turística de la capital y provincia. Desde el primer momento, el cineasta eligió mostrar una ciudad más real algo que no gustó demasiado a las autoridades de la época pero por el contrario sí a las personas que asistieron a su estreno en el Cine Club Palafox, el 16 de noviembre de 1958.
Carlos Saura y José Ayllón escribieron los comentarios que se escuchaban en el reportaje; el guión corrió a cargo de Mario Camus, Daniel Sueiro y el propio Saura mientras que el genial Paco Rabal ponía su grandiosa e imperecedera voz a la narración.
Han sido muy pocas veces las que se ha proyectado la película, una de ellas en un homenaje del Colegio de Arquitectos de Madrid en 1972 al Museo de Arte Abstracto Español. Y en el 20 Aniversario de la declaración de Cuenca como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, celebrado en 2016.
En el año 1967 rodó la película Peppermint frappé en Cuenca y Valdeganga. Una historia de una mujer que desempeñaba a la vez dos papeles con los que se relacionaba con dos hombres diferentes. Con planos bellísimos de la ciudad de Cuenca y maravillosas imágenes, a los que se unía los del balneario de Valdeganga, ya en trance de ruina.
Carlos Saura desarrolló una carrera cinematográfica libre, personal y de las más influyentes del cine español. Con títulos como “La Caza”, “Cría Cuervos” y “Ay, Carmela”. Todo un referente y un maestro del cine moderno español.
Resulta prácticamente quimérico compendiar toda una vida dedicada a la creación como la de Carlos Saura. Para los cinéfilos quedan sus películas, esos momentos fabulosos que forman parte de la memoria colectiva con títulos inolvidables. Las películas de Saura son un ejercicio de realismo, un “Premio de Honor” como el que otorgan hoy en la ceremonia de los Goyas.
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