La belleza de Cuenca vista desde un globo aerostático
Impresionantes y únicas resultan las vistas del casco antiguo de la ciudad de Cuenca desde el cielo, a vista de pájaro, podíamos decir pero en este caso sería desde un globo aerostático.
Siempre hemos intentando emular a las aves, navegar por el cielo con total libertad, eternamente ha sido un deseo de la humanidad. Uno de los medios de transporte aéreo que más aproxima al ser humano a la impresión y emoción de volar es el globo, además permite disfrutar de una representación distinta y diferente de la
ciudad.
El viaje en globo nos permite ver las asombrosas ventanas al aire libre de la ciudad antigua, levantada sobre los ciclópeos cortados de las hoces del río Júcar y Húecar. Es otro mundo, ver desde el cielo el magnífico y agraciado enclave geográfico por sí solo, unido a una edificación quimérica, con casas colgando de piedras verticales en busca del precipicio.
El rasgo más destacado desde el cielo es su provocativa belleza que surge, por un lado, de la armonía entre naturaleza y espacio arquitectónico y, por otro, del gran legado monumental que se enclava sobre ella, fruto de su larga trayectoria histórica. Si desde los miradores que existen desde distintos puntos de la ciudad ya sorprende su belleza, contemplándose desde el aire, sobre un globo aerostático, es una visión privilegiada que deja huella a cualquiera.
Cuenca es bonita a pie de calle, atrapa y cautiva la vista de cualquier persona que camine por sus simbólicas calles del casco histórico, si nos trasladamos al cielo para comprobar cómo la ve un ave, Cuenca nos dejará en las nubes.
Sólo hay que dejarse llevar por el viento para que aparezca por sorpresa, A vista de globo, los monumentos más famosos que tiene la ciudad, las Casas Colgadas, el Puente San Pablo, y la Catedral entre otros. Numerosas veces las palabras despiertan sentimientos, pero las imágenes de Cuenca desde el aire pueden llegar a remover y de qué manera el alma del ser humano.
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