El otoño descubre la riqueza micológica de Cuenca
Llegada la estación otoñal comienza la campaña micológica por excelencia, la época más rica en lo que a cantidad y variedad de setas y hongos se refiere. La provincia de Cuenca y en los alrededores de la ciudad cuenta prácticamente con todo la memoria micológica conocida en la Península Ibérica.
El número de variedades es inmensa, aunque no todas son comestibles, y dentro de las que sí son o tienen realmente interés gastronómico son apenas una docena. El boletus edulis, o la amanita cesárea, son algunas de las especies que tienen un gran interés entre los buscadores, pero el verdadero rey de los aficionados conquenses sigue siendo el níscalo.
El níscalo o rebollón es una de las setas más abundantes que se encuentra en los pinares y bosques mixtos de toda la provincia de Cuenca. Se caracteriza por su pie corto y ahuecado, su sombrero de entre 4 y 16 cm de diámetro, y su color anaranjado. Su carne es densa y compacta y su olor suave con un punto dulzón. Se puede cocinar con todo tipo de guisos, pero también es deliciosa a la plancha con aceite, ajo y perejil.
El boletus edulis se puede encontrar en los bosques conquenses, principalmente en las zonas más altas de la Serranía y en la zona de Valdemeca. Su carne es muy apreciada tiene forma de tapón de cava, tiene un sombrero pardo oscuro, y el pie robusto de color marrón claro o blanco. Su utilización en la cocina admite diversas formas, usándose también para conservas.
Este año la perspectiva para que salgan hongos y setas no es muy placentera por la falta de lluvias de este verano que está poniendo en duda la temporada. Esta situación de sequía hace que el monte esté muy seco y, por tanto, difícilmente logren salir los hongos. Lo único que podría salvar la temporada de las setas sería la aparición de la lluvia y la ausencia de las heladas nocturnas.
La provincia de Cuenca se convierte en un atractivo con sus 2. 000 especies de setas y hongos para los amantes de la micología. Destacando la Serranía de Cuenca por su riquísimo patrimonio micológico al ser un pulmón natural que cuenta con unas circunstancias meteorológicas apropiadas para la aparición de las setas.
La recolección de las setas como alimentos se viene haciendo desde tiempos prehistóricos. Las civilizaciones antiguas como la griega, romana e hindú, consideran a los hongos como alimentos sagrados hasta el punto que en algunas culturas son calificados como comida de dioses y reyes.
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