MEDIO AMBIENTE
Triste y sola se queda “La Playeta de Cañamares” por el Covid-19
Un sentimiento de pena y desolación acompañado de lágrimas es la triste sensación que se siente al visitar este verano el oasis de la “Playeta de Cañamares”, en plena serranía de Cuenca.
El Ayuntamiento de Cañamares cerró el acceso al entorno recreativo de “la Playeta”, y a la cercana área de “El Barco”, al inicio del mes de julio. Una de las zonas de baño más concurridas de la provincia de Cuenca, por motivos de seguridad ante la pandemia del Covid-19.
Este celestial entorno de la naturaleza es visitado por centenares de personas durante los fines de semana en plena época estival para disfrutar de una de las zonas de baño en las riberas del río Escabas. Sus aguas cristalinas invitan a bañarse y refrescarse en plena naturaleza salvaje, a su paso por el pueblo serrano de Cañamares.
Este año estas áreas de recreo han sido precintadas por el Consistorio, mediante la colocación de cintas, que impiden el acceso junto con carteles informativos que prohíben la entrada a esos recintos.
Independientemente a las restricciones del consistorio cada fin de semana se pueden ver bañistas a lo largo del cauce del río Escabas, que en algunas ocasiones obliga a la actuación de la Guardia Civil en el Servicio de Protección de la Naturaleza.
Este año son siete las zonas aptas para el baño en la provincia de Cuenca según Sanidad. Dos en el embalse de Buendía, el río Guadiela (Albandea); la laguna del Tobar (Beteta); el embalse de la Toba (Cuenca); el río Cuervo (Santa María del Val) y el río Escabas (Cañamares).
En todas estas zonas serán los consistorios, a petición, de la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha, los que especifiquen qué medidas van adoptar para minimizar y prevenir los riegos de contagio del Covid-19.
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