OBITUARIO
Fallece José Manuel Alarcón García, el último sastre de Cuenca
Domingo, 19 de Julio de 2020. Cuenca | Rafael Torres/ El Día digital.es
El pasado día 16 de julio la ciudad de Cuenca conocía la triste noticia del fallecimiento de José Manuel Alarcón García, el último sastre de la ciudad. José Manuel ejerció este oficio durante toda su vida en el establecimiento de la céntrica calle de Fray Luis de León.
Comenzó jugando con la aguja y el hilo cuando salía del colegio y a unir sus primeras piezas tela. Con enorme esfuerzo y mucha dedicación llegó a ser un sastre emblemático de Cuenca que vistió a innumerables conquenses.
La sastrería fue fundada en el año 1884, pasando de generación en generación el noble arte de la sastrería a medida. Las manos de Alarcón han confeccionado trajes masculinos con la medida exacta del cliente partiendo de cero y estas suaves manos se han encargado de adaptar un diseño existente a las medidas y gusto del cliente.
Nuestros abuelos y padres, recordaban con enorme cariño y nostalgia el ceremonial de entrar en la sastrería “Alarcón” al cumplir la edad adulta y visitar al sastre para hacerse su primer traje con el que pasear los domingos con la novia por aquella Carretería de blanco y negro.
Mención especial merece José Manuel Alarcón por haber confeccionado con diligencia y cariño miles de túnicas, capas, capuces, cinturones, fajines y todos los elementos de confección necesarios para el uniforme de los nazarenos. Eso sí, José Manuel elaboraba todo a medida del cliente y cuidaba cualquier detalle para que este desfilara hecho un pincel en la hermandad familiar.
José Manuel, fue un gran nazareno que vivía con verdadera pasión la Semana Santa de Cuenca. Vinculado a varias hermandades de la ciudad supo transmitir con entusiasmo a sus tres hijos el amor y el cuidado de la tradición junto con el verdadero significado de la misma.
Cuando comencé a conocer a José Manuel me daba la impresión de estar ante un hombre serio y tímido, pero una vez abierto en confianza resultaba muy simpático y de un alto grado de humor. Era de esas personas que aportan luz y brillo en las relaciones con los demás, dotado de una gran bondad.
José Manuel descansa en paz y esa misericordia y ternura que has tenido con las personas que te hemos conocido vuelva a ti en forma de descanso eterno, por los siglos de los siglos.
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