La actuación de Rui Fernandes, que abrió la tarde, se quedó sin premio pero Cartagena logró una buena actuación que le valió dos trofeos. La misma suerte tuvo Leonardo Hernández con otras dos orejas. Tras el descanso siguieron los triunfos con una oreja para Fernandes y otras dos para Cartagena. El fallo en el descabello en el último de la tarde impidió más trofeos.
Esta vez sí. Había ganas de toros tras la suspensión de la corrida de ayer y se dejó notar en las gradas nada más que el público comenzó a tomar asiento. A pesar de la lluvia previa volvió a brillar el sol para disfrute del público que llenó la plaza algo más de la mitad.
La tarde comenzaba con la sustitución de la rejonadora Lea Vicens, a causa de una tendiditis, por el caballero Rui Fernandes que fue el encargado de arrancar la tarde. El portugués cuajó una larga faena pero no logró conectar con el tendido por la falta de colaboración del toro.
En la suerte final necesitó tres rejones de muerte para que cayera el morlaco lo que le dejó sin premio aunque sí recibió una leve ovación mientras su enemigo se llevó los pitidos del respetable cuando era arrastrado.
Y llegó el turno de Andy Cartagena que comenzó apuntando buenas maneras y las confirmó con un gran tercio de banderillas que fue muy aplaudido en la plaza conquense. Cartagena demostró que tiene una gran cuadra de caballos e hizo disfrutar al público y logró matar de un gran rejonazo lo que le valió para cortar las dos primeras orejas de la tarde.
Llegó después el turno de Leonardo Hernández que pareció salir especialmente motivado por el triunfo de su antecesor y comenzó como él siendo muy aplaudido en sus banderillas. Cuaja una gran faena y el público se divierte. Culminó la actuación con un gran rejonazo de muerte que correspondió saltando del caballo de forma espectácular para lograr que el respetable pidiera con insistencia las orejas, correspondidas por la presidencia. Iguala a Cartagena en número de trofeos; dos.
Tras la merienda, amenizada por casi los primeros rayos de sol de la feria, volvía al ruedo Rui Fernandes con ganas de desquitarse de su primer toro. Esta vez el animal colaboró más y se pudo lucir más en su actuación que por desgracia culminó con dos rejonazos y descabellando el toro a pie.
A pesar de ello, el público pidió de forma mayoritaria que se le concediera una oreja y la presidencia la concedió por lo que logró irse de la Feria de San Julián con un premio.
La plaza esperaba con impaciencia la segunda entrada de Andy Cartagena para ver si era capaz de superar la primera mientras sonaban los clarines y tambores.
El caballero lo sabía y se tomó su tiempo para lucir el arte de sus caballos. Por momentos hizo divertirse al público que se lo había ganado en su primero y que con este segundo terminó de caer a sus pies igual que hizo el toro con un rejonazo certero.
El público sacó sus pañuelos para pedir una oreja, le fue concedida, siguió la pañolada para pedir la segunda y la presidencia aceptó. Pero a pesar de la insistencia para pedir el rabo, esta vez el presidente se resistió lo que no empañó para que Andy Cartagena se despida de los conquenses con cuatro orejas y dejando un magnífico sabor de boca.
Siguió el particular duelo con la actuación de Leonardo Hernández que cerró la tarde. Quería una actuación espectacular como colofón y lo consiguió desde el primer momento. Un espectacular par de banderillas al quiebro fue el preámbulo de una serie de banderillas que puso al público en pie.
El respetable le acompañaba hasta el momento del rejón de muerte cuando guardó silencio para el remate de la faena. Esta vez falló y tuvo que descabellar hasta en tres ocasiones en las que ocurrió de todo. Una cogida sin consecuencia en el segundo descabello y el tercero que el toro lanza el estoque de cruceta al tendido. Mala suerte que le dejó sin premio aunque no impidió que saliera por la puerta grande gracias a las dos orejas de su primer toro.
Cuenca | Rafael Torrres
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