Educación Cuenca pierde 120 alumnos en infantil para el próximo curso El ritmo de caída de las matrículas se acelera
Cuenca | Rafael Torres. Domingo, 16 de Febrero de 2020
El ritmo de caída de las matrículas se acelera.
El cataclismo de la natalidad en Cuenca y en general en toda España afecta directamente a las aulas de 3 a 5 años desde la última década, pero el ritmo de caída de las matriculas se acelera hasta el punto que comienzan a saltar las alarmas.
Prorrogando la huella de los últimos años, las aulas del primer curso de infantil, las que ocuparán al inicio del curso en septiembre los alumnos de 3 años que inician su travesía escolar, volverán a ofrecer “de nuevo” en el próximo curso un trasparente reflejo de la curva demográfica provincial y a nivel nacional.
En Cuenca capital se ofertan 501 plazas en centros públicos y 92 plazas en centros concertados para niños de 3 años. Con un dato muy significativo hay 120 niños menos para escolarizar que el curso anterior.
Según los datos que ofreció el Instituto Nacional de Estadística, la provincia de Cuenca registró en el primer semestre de 2019 un total de 209 nacimientos, frente a los 660 contabilizados entre enero y junio del año anterior, que se resume en un caída del casi el 70 por ciento del número de nacimientos, definido en el 68,3 por ciento.
Cuenca es la provincia que en términos porcentuales, lidera a nivel nacional la caída de la natalidad, seguida muy de lejos por Melilla (-27, 6), Ceuta (-22, 6) y Jaén (-21, 1 %). De hecho, Cuenca es con excesos, la provincia de la región que experimenta una mayor caída de la natalidad, seis veces más que la media en la región de Castilla-La Mancha, donde la deflación de nacimientos es del 11, 1%.
Además, la Comunidad Castellano manchega es, tras Asturias (12%), la segunda del país en la que descenso es más señalado, contando con uno de los saldos vegetativos más negativos. Cuenca capital se situó en el cuarto lugar de las capitales españolas que menos nacimientos registró en el año 2018.
Sigue cayendo la natalidad a posos a agigantados y los datos anotados en el último lustro ponen de manifiesto que nuestro país no tiene jóvenes. Marchamos hacia una sociedad envejecida, con más longevos que niños. Esta circunstancia supone una metamorfosis en el ámbito social, económico y personal de todas las generaciones futuras.
La realidad es que a fecha de hoy resulta muy difícil, casi extraordinario que una pareja decida tener más de un retoño. El índice de fecundidad se sitúa en 1,3 hijos por mujer frente a los 2,8 de los años setenta del siglo pasado.
La situación de la natalidad ha ido empeorando desde los años 80, cayendo año tras año, con la única excepción del 2014. Este grave problema se agravó en la última década debido a la interinidad laboral, las dificultades y aprietos para conciliar el trabajo y la familia y la penuria para encontrar una vivienda. Un factor importante es el éxodo de miles de jóvenes españoles en busca de un futuro mejor. Estas razones pesan más que el deseo que muestran las familias por tener más de un hijo.
España presenta un panorama desolador con el desplome de la natalidad, una condena a muerte si no se toman medidas urgentes que den estabilidad, seguridad y continuidad a las parejas para traer nuevas vidas al mundo.
Comentarios
Publicar un comentario