El
discurrir inexorable de los días en el calendario nos acerca hoy al
Viernes de Dolores, primera cita de la Semana Santa de Cuenca. El
conquense sabedor del significado que tiene esta fecha peregrina
hasta la Ermita de las Angustias, para venerar la imagen de la Virgen
de las Angustias, patrona de la Diócesis de Cuenca y muy venerada y
apreciada por los habitantes de la ciudad.
Desde
muy temprano son miles de conquenses los que se acercan para hacerle
una visita a la Madre de Cuenca, y continuar de esta forma con la
tradición. Muchos prefieren ir bordeando el río Júcar tras pasar
por el puente de San Antón, hasta llegar al Recreo Peral y
cruzar el Puente de los Descalzos, para comenzar a subir las
escaleras que dan acceso a la Ermita.
Otros
prefieren elegir otras rutas y aprovechar para ver la belleza de la
ciudad de Cuenca engalanada de flores primaverales que adornan su
garbo y distinción aún más.
Llegados
al Santuario, hay que refrescarse de la larga cuesta y recuperar
fuerzas en la fuente que según la costumbre si bebes agua de ella
te saldrá novio o novia.
Una
vez dentro hay que pedirle a la Madre, ayuda para toda la familia
pues todos necesitamos siempre “alguna petición extra”, y en
particular por los enfermos que no han podido subir a encontrarse con
“Ella”. Seguidamente hay que subir al camarín para besar el
manto y sentir la fuerza madrina de quién no te abandona. Antes de
marchar para seguir con la labor del día cotidiano hay que recoger
la foto y guardarla como” Pan Bendito”, en el bolsillo que esta
más cerca del corazón junto a la de familia. Para
muchos este ritual nos da fuerza para seguir con energía esa vida
que algunas veces se pone cuesta arriba.
Por
la tarde en la antigua iglesia de San Miguel los nazarenos esperan
con sed de Semana Santa, el agua bendita y devocional que vendrá en
forma de palabras pronunciadas por el encargado de abrir la Puerta a
la Semana Santa que será José Vicente Ávila.
El
acto contará con la participación del Coro del Conservatorio,
dirigido por Pedro Pablo Morante, que trasladaran a los asistentes a
través de la memoria hasta la iglesia Oratorio de San Felipe Neri,
donde interpretan a lo largo de la Semana de Pasión el Miserere de
Pradas y el Stabat Mater a las imágenes que desfilan en las
procesiones Conquenses.
Actuando
también la Banda Municipal de Música de Cuenca, dirigida por Juan
Carlos Aguilar Arias, qué sería de los desfiles procesionales sin
la aportación musical de estos nazarenos de gorra de plato. Sin
lugar a dudas, estarían incompletos y
definitivamente huérfanos de acordes que nacen cerca del corazón
donde se siente la pasión por la Semana Santa.
Texto: Rafael Torres.
Fotos: José Vicente Ávila.
07 de abril de 2017.
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