Después de desnudarle, le vistieron una túnica de púrpura y, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, y una caña en su mano derecha; luego, arrodillándose delante, se burlaban de El diciendo: "Salve, rey de los judíos"; le escupían, le quitaban la caña y le daban con ella en la cabeza.
Fotos: Rafael Torres.
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