La Custodia de Francisco Becerril y su hijo Cristóbal vuelve a desfilar en Cuenca
Este domingo, 19 de junio, la iglesia celebra desde el año 1990 la festividad del Corpus Christi, según acuerdo de la Conferencia Episcopal Española, que decidió trasladar la festividad al domingo siguiente al de la Santísima Trinidad.
Cuenca reanudará su Solemne procesión del Cuerpo de Cristo por la calles del casco antiguo y de la zona centro de la ciudad, a partir de las 18 horas. Volverá a desfilar después de dos años de ausencia por la pandemia, la Custodia de Francisco Becerril y de su hijo Cristóbal.
El platero Francisco Becerril que cuenta con calle en la ciudad, a la entrada de la carreta de Valencia, por cierto con nombre erróneo pues se denomina la calle Hermanos Becerril. Esta denominación debería de cambiar su primer término por el de Familia Becerril. Hoy en día, se ha demostrado que solamente fueron plateros Francisco Becerril (1494-1572) y su hijo Cristóbal (1539-1585) y no su hermano Alonso.
El platero Francisco Becerril consiguió que Cuenca se convirtiera en origen y epicentro del oficio de plateros más importante de España. Nacido en Cuenca 1949 contrajo nupcias con Luisa Álvarez, hija del también platero Alonso Álvarez. El matrimonio tuvo siete hijos de los cuales sólo Luis, y Cristóbal que le ayudó a terminar la Custodia de Cuenca, continuaron el oficio de platero.
Francisco Becerril vivió en el barrio de Santa Cruz, donde se situaban la mayoría de los plateros. Tenía dos casas, ubicadas en la calle de la Correría o de la Correduría, (hoy Alfonso VIII) y otra en la calle de la Pellejería. Considerado un reputado y famoso platero con una cuantiosa actividad artística en la ciudad.
Su taller contaba con un elevado número de aprendices en el siglo XVI, circunstancia que hace que sea nombrado ensayador de la Casa de la Moneda de Cuenca. Teniendo por oficio comprobar los metales para verificar su ley, fino o contenido intrínseco.
Francisco Becerril realizó su obra más importante que fue la custodia de asiento de la Catedral de Cuenca, hecha al igual que toda su obra en estilo renacentista. Comenzó a realizarla el 25 de marzo de 1528. Y el contrato con el Cabildo Catedralicio para su realización se firmó en 1527.
A esta obra dedicó el artista toda su vida pero no la pudo terminar siendo su hijo Cristóbal el encargado de finalizarla, un año después de la muerte de su padre Francisco en 1573. En 1661 fue restaurada por el maestro platero de la Catedral, Juan de Castilla.
“Con casi un metro de altura, es una pieza deslumbrante “revela Codding”. Su valor está en su propia factura, que incluye todas las técnicas de platería a un altísimo nivel: moldeado, repujado, decoración de cintas planas, cincelado, grabado y dorado.
La obra fue destruida en 1808 por los franceses durante la invasión napoleónica. Parece ser que existen pequeños fragmentos en el Museo Victoria & Albert de Londres.
Una gran pérdida, pues se trataba de una de las custodias más bellas de España que dio paso a todas las demás custodias platerescas que podemos conocer hoy.
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