HAY QUORUM EN EL CARTEL DE JAVIER ROMERO (Rafael Torres)
Viernes, 15 de Febrero de 2019
OPINIÓN | ELDIAdigital
Se cumple una semana de la presentación a la Comunidad Nazarena del cartel anunciador de la Semana Santa de Cuenca para este año del 2019. Fue el pasado jueves, día 7 de febrero. Esta primera cita en el calendario del nazareno tiene cada vez más interés y expectación como se demuestra que el salón de actos donde se realiza se llena en cada ocasión
Javier Romero, fotógrafo de autor y diseñador gráfico presentó a la Cuenca Nazarena su cartel anunciador para esta próxima Semana Santa. Romero se enfrentó en la presentación de su obra a lo más difícil y espinoso para un artista que muestra su obra en público, el veredicto del público y la opinión final de estos al ver obra terminada. La respuesta se mostró en forma de aplausos. Muchos aplausos que reconocía el agrado general hacia su trabajo.
Lo mismo ocurrió en las redes sociales donde no dejaban de dar la enhorabuena al autor del cartel por su trabajo. Para mí, la clave de su éxito está en la forma de confeccionar el cartel que informa y avisa que la ciudad de Cuenca, se prepara para vivir su mayor acontecimiento religioso, cultural y con mayor connotación tradicional.
En su obra argamasa la fotografía y la pintura. Con gran acierto coloca en el centro del cartel la venerada imagen de todos los conquenses, La Virgen de las Angustias, a la que se le profesa en la ciudad una patente devoción. Y fusiona con algunos de los emblemas de la ciudad como las Casas Colgadas, por las que se reconoce a la ciudad en tdo el mundo, y el Puente San Pablo. Todo un acierto por parte de su autor. Claramente está indicando que se trata de la Semana Santa de esa ciudad declarada de Patrimonio de la Humanidad.
Así de fácil, realizar un cartel de Semana Santa debe servir para identificar a la ciudad donde se anuncia esta tradición y al mismo tiempo tiene que interpretar y personificar con algún signo visible que se trata de la Semana Santa de Cuenca.
En mi opinión, hemos visto carteles anunciadores de la Semana Santa que no dudo que estuvieran llenos de arte plástico con una finalidad estética y de gran valor pero no cumplían con su labor comunicativa, de expresar claramente que se trataba de la celebración en unos días determinados de una festividad religiosa y en lugar concreto. Tal vez, esos carteles tendrían su espacio en un museo de arte por su calidad artística reconocida pero no se ajustan a la función que deben cumplir en los escaparates de los comercios de la ciudad.
Enhorabuena desde estas líneas a Javier Romero, por haber conseguido poner de acuerdo con su obra a la inmensa mayoría de la ciudad de Cuenca. Algo tremendamente difícil y más si hablamos de Semana Santa.
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