Mencionar
a Miguel García López (Miguelín II), era hablar de uno de los
personajes más específicos y peculiares que junto con el maestro
alfarero Pedro Mercedes
ha dado el barrio de san Antón, “su barrio de toda la vida”.
Secretario
y fundador de la hermandad de san Antón en el año 1973, orientador
de las fiestas del barrio, capaz de organizar por todo lo alto
desfiles de carrozas con sus reinas y damas, sin faltar bandas de
tambores y trompetas, verbenas, concursos e incluso se atrevido en
un recreación de moros y cristianos que escenificaba pasajes de la
Reconquista de la ciudad de Cuenca por el Rey Alfonso VIII, análoga
a la que se celebra ahora en los días previos a San Mateo.
Su
afición a los toros y a la vaquilla le llevó a soltar a
su adiestrada vaca “Marisol” por el barrio del Perchel, con la
equivalente algarabía en la ciudad, lo que le hizo mantener un pulso
con el gobernador civil, que le impuso una sanción. Lejos de
acobardarse decidió dar el nombre de la vaca a un peña matea. “La
Peña Marisol”.
Durante
los años 1979, 80, 81, debutó como ganadero en las fiestas de San
Mateo. Sus vacas “Marisol” y “Niebla”, que pastaban cerca de
la estación de tren del pueblo de la Melgosa, alcanzan rotundo
éxito. Saliendo a hombros junto a su compañero del alma “Manolín”
al grito de “Victorinio”, desde las cuadras hasta la plaza mayor,
con el regocijo de los mozos. Recordamos como Miguel esperaba en la
puerta de las cuadras la salida de la vaca “Marisol” para cogerla
de la maroma y pasearla como un perro manso y fiel, hasta que
escuchaba la voz de su amo decir
“a por ellos Marisol”.
Repitió
como ganadero al año siguiente con Jesús Andreu. Los nuevos
requisitos que requerían las disposiciones legales vigentes para la
celebración de festejos taurinos le obligaron a retirarse como
vaquero.
Su
afición por se torero le llevo el día 1 de junio (festividad de la
Virgen de la Luz) a actuar en la novillada que se anunció en la
plaza de toros de Cuenca, compartiendo cartel con José Pérez
(Pelucho), Antonio de la Cruz, Gitanillo de Cuenca, Dorito
y Miguel García “Miguelín II” plazeándose también por los
pueblos de la provincia de Cuenca, siendo el primer torero cojo,
quizá el único, de la historia.
Miguel
era una ilustración de la cosas de Cuenca, hombre muy querido en
nuestra ciudad y en su barrio de san Antón.
Texto y fotos: Rafael Torres.
06 de febrero de 2017.
Comentarios
Publicar un comentario