Cuenca surge de las profundidades de la tierra y del mar. Brota como una erupción volcánica que da origen a sus dos hoces, las piedras se alinean en altura persiguiendo la bóveda celeste. La naturaleza creo a Cuenca, y el hombre la transformo para que se reflejara al mundo como una verdadera maravilla digna de admiración, que toda persona debiera de conocer. “ Quien no ha visto Cuenca, no ha visto nada”. Manifiestan desde siempre los conquenses al mencionar a su bella ciudad colgada. Tierra de inspiración de poetas y pintores. Fueron los primeros en elogiar su volátil universo pétreo con bellas creaciones poéticas y primorosas pinturas, que evidenciaron el sueño de un idílico lugar convertido en realidad. Quien haya tenido la suerte de ver la maravillosa ciudad de Cuenca, en seguida comprenderá el porqué de todos esos estéticos adornos que la definen y que la ocultan tras su hermosa belleza. Cuenca es el ejemplo más importante de edificación sobre la