Mi homenaje sincero y de gratitud a todas las Hermandades que participan en la Semana Santa de Cuenca, por hacerla cada año extraordinariamente más bella y producir una gran emoción, haciéndola cada año más sublime.
Para los que participamos en ella y para quien nos visitan en esta fecha nazarena, reconocemos y reconocen que es fácil llegar a vivir una experiencia espiritual que deja honda huella en la sensibilidad cristiana percibiendo la delicada presencia del amor infinito de Jesús hacia la humanidad al encontrarse con su semblante en cada calle de la ciudad colgada.
En Cuenca, la Semana Santa lleva la muerte a lo más alto, a través de calles pendientes y estrechos vericuetos que suben hasta el Calvario escenificado en la plaza mayor.
Fotos y Texto: Rafael Torres.
01 de mayo de 2017.
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