Palabras de Rafael Torres, uno de los 18 Presidentes, en la entrega de mandiles de ese año.
En primer lugar recibid un cordial saludo para
todos los miembros de la peña El MANDIL aquí presentes, extensivo
también a nuestros amigos, que nos acompañan en la ya tradicional
comida en este Restaurante Manga que con tanto cariño nos acoge, atiende
y sacia nuestra gran sed. A los que lamentablemente no han podido
asistir por diversos motivos, nuestro sincero recuerdo.

La idea de instaurar el MANDIL DE HONOR nació
de la voluntad de apostar por reconocer aquellas personas que han
contribuido y fomentado la FIESTA DE SAN MATEO. Tras la primera y
exitosa cita del año 2002, la peña el MANDIL decidió continuar con su
encuentro anual en las fiestas de la RECONQUISTA DE CUENCA, donde nos
juntamos para celebrar con orgullo que pertenecemos a un pueblo con
tradición.
Reunida al efecto, esta Peña ha resuelto
adoptar, por unanimidad y aclamación, “Distinguir a D. JACINTO SILVA
HERNANZ, con su MANDIL DE HONOR, en reconocimiento a su dilatada,
callada e inestimable labor desarrollada en todo lo relacionado con las
Fiestas de san Mateo, en cuyo ámbito ha devenido figura entrañable e
imprescindible, destacando por su valía personal, sencillez,
experiencia y cualidades humanas de todos conocidas.
Del igual modo esta Peña ha resuelto adoptar,
por unanimidad y aclamación “Distinguir al eminente Dr. DON AMADOR
JIMÉNEZ TORRIJOS con su MANDIL DE HONOR, en reconocimiento a su
brillante ejecutoria profesional y a su dilatada trayectoria en la
cirugía médica -y de modo especial en la del ámbito taurino-, así como a
sus confirmadas y poco comunes cualidades humanas ejemplarmente
ejercitadas, de manera particular entre sus incontables pacientes.

Los médicos en la sombra nos devuelven la luz
de la gloria. Son los restauradores del toreo, los Ángeles de la
guarda, la esperanza blanca, esa profesión que está siempre en manos de
Dios y que al discurrir del tiempo en un dialogo constante con las
alturas. Los quirófanos de las plazas querido AMADOR JIMÉNEZ, se
convierten en muchos casos en el propio confesionario del toreo, en
donde descargan sus ansiedades y terrones. Ellos están hechos de una
pasta especial.
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