Miércoles Santo, 01
de abril de 2015.
A la vista del espléndido día que estaba haciendo en la ciudad de Cuenca, y sin previsiones de lluvia, el presidente de la Procesión del Silencio, Pablo López, representante de la Hermandad del Prendimiento de Jesús, descartó convocar a las siete hermandades para mantener la reunión previa a la salida del desfile como es costumbre en la iglesia de San Esteban.
Eran las 19:00 h. de la tarde cuando se iniciaba la Procesión del Silencio, que este año atesoraba la cifra de 110 desfiles, con la salida de nuestra hermandad de la Iglesia de San Esteban. Al igual que en el año anterior, la “Oración” formó su olivo fresco con las ramas traídas de la finca del “Quinto”, junto a la ladera del Cerro de Socorro, y del paraje “La Cofradía” en el pueblo serrano de Albendea. La salida del “Paso” estuvo acompañada por la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías que interpretó una de sus recientes creaciones, la marcha “Cristo de San Julián”.
En esos momentos la cabecera de nuestra hermandad se encontraba a la altura del Edificio Vergel de la Calle Aguirre, formándose de inmediato las filas de hermanos. Afortunadamente, el gran número de participantes obligó a doblar las filas y así se desfiló hasta llegar a la Plaza Mayor.
La procesión por la Calle de las Torres quedó configurada de la siguiente forma: Monaguillos con la cruz de guía de la Parroquia de San Esteban, Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías, Hermandad de Jesús Orando en el Huerto, Hermandad del Prendimiento de Jesús, custodiada por la guardia pretoriana de la Pasión viviente de Tarancón y acompañada musicalmente tanto a la subida como a la bajada por la Asociación Musical La Concepción de Horcajo de Santiago. Precisamente esta asociación cumplía 30 años del nombramiento de hermanos mayores honorarios por lo que intercambiaron corbatines en sus guiones a la salida de la procesión. La presidencia eclesiástica recayó en D. Casto y D. Anselmo, ambos sacerdotes de la Parroquia de San Esteban, que hicieron la subida y la bajada respectivamente. La presidencia civil recayó en Dª Ana de la Hoz, concejala del Ayuntamiento de Cuenca, junto con D. José Garrote, de la Hermandad de San Juan Evangelista, representando a la Junta de Cofradías.
Debido al gran número de hermanos que estaban desfilando, solicito al director de la Banda de Tambores y Trompetas, Francisco Javier Poyatos, que acelerasen su paso para que el desfile resultara fluido y rápido. Del mismo modo me dirijo al Capataz de Banceros, José Luis Llandres, para que intentara llevar al “Paso” lo más cerca posible de la cabecera en la subida a la Plaza Mayor. A la altura del Puente de la Puerta de Valencia tuvimos problemas con gente que cruzaba en tropel por la mitad de nuestro desfile para dirigirse a la actuación de música religiosa del Auditorio. Varios hermanos intentamos que no rompieran la formación pero fue en vano, lo que provocó algún que otro incidente desagradable. Este problema, que se repite con demasiada frecuencia, cada año más, se ha puesto en conocimiento del Presidente de la Procesión para intentar resolverlo.
Cruzado el puente del Huécar y a la altura del mosaico de los Hermanos del Huerto del Jueves, el capataz ordena doblar el “Paso” en señal de confraternidad. Los directivos que representan a esta hermandad reciben cordialmente el saludo.
A las 20:30 h. se incorporó al desfile la Hermandad de Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Apóstol desde la Iglesia del Salvador, acompañada musicalmente por la Banda de Música de San Clemente.
A las 21:30 h. llegaba a la Plaza Mayor el guión de nuestra hermandad con unas filas interminables de hermanos. Seguidamente hizo su entrada por los arcos del Ayuntamiento “La Oración”, recibida por la Banda de Trompetas y Tambores que, situada al lado derecho de la calle, interpretó una marcha militar de trompeta llamada internamente por la Banda “1º B”. Después, la Banda acompañó a la hermandad entre las filas de nazarenos hasta las borriquetas con la marcha “Bendita Estrella”.
Diez minutos más
tarde hizo su entrada en la Plaza Mayor la Hermandad del Prendimiento de Jesús,
seguida por la Hermandad de Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Apóstol
que fue acompañada por la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de
Cofradías hasta el palacio Episcopal, donde llegaron alrededor de las 21:55 h.
Las tres hermandades que protagonizaron la primera parte de la procesión lo
hicieron con mucha seriedad y orden, cumpliendo escrupulosamente los horarios
previstos, sin que se produjera ningún corte entre ellas.
A las 22:00 h., conforme a lo preceptuado entre las hermandades, se iniciaba el desfile desde la Iglesia de San Pedro hacia la Plaza Mayor a cargo de las hermandades de San Pedro Apóstol, la Negación de San Pedro y la del Santísimo Ecce-Homo de San Miguel, acompañadas por la Banda de Música de Mota del Cuervo, que luego desfiló con la primera de ellas. Este recorrido se realizó en veinticinco minutos.
Tras el descanso, a las 22:00 h., forma la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías en la Plaza Mayor, iniciando el toque de llamada para que cinco minutos más tarde se incorporara la Hermandad de la Santa Cena desde la Santa Iglesia Catedral, retomando así el desfile del “Silencio” hacia la parte nueva de la ciudad con todas las Hermandades que lo componen.
A las 22:18 h. el capataz manda levantar el Paso de la Oración para sumarse al desfile y ocupar el lugar que le corresponde en el mismo, incorporándose detrás del Paso la Banda de Música de Cuenca dirigida por el hermano Aguilar que en esta noche compartió banzo de nuestra Hermandad a la subida y batuta a la bajada.
La Oración salió de la Plaza Mayor para iniciar el descenso al compás de la Quinta Angustia, haciendo mecer el olivo al ritmo de la marcha de Francisco Grau, pasó adelante y hacia atrás elevando el hombro los banceros, respondiendo así a la catarsis procesional que se estaba viviendo en esos momentos. Espectacular la salida de la Oración por los arcos del Ayuntamiento.
Con las marchas “Calvario” y “El Evangelista”, desciende la Hermandad por la Calle Alfonso VIII hasta llegar a la Iglesia de San Felipe Neri, donde se interpretó el tradicional “Miserere” que ponía el contrapunto al silencio de la noche. Con la marcha “Gracia y Amparo” continúo el descenso por las calles San Juan y Palafox.
Las curvas de la Audiencia se acometieron al son de la marcha “Nuestro Padre Jesús”. Los banceros acompasaron las horquillas con las notas musicales de la Banda de Cuenca logrando un “baile” que contagiaba y conmovía tanto a hermanos de filas como a espectadores.
Al ritmo de la marcha “Por Tu Cara De Pena”, la Hermandad prosiguió el descenso hasta llegar al puente de la Trinidad, para tomar la calle de Calderón de la Barca, desembocando en la parte nueva de la ciudad, donde se interpretó “Orando en Gesetmaní” y “La Palma al Viento”. Como es costumbre, se dobla el paso en las escaleras que conducen al Hospital de Santiago, en recuerdo y estima a todos los enfermos de la cofradía y de los difuntos de la misma en el año en curso que no tengan el domicilio en el recorrido del desfile. El descenso del desfile de nuestra hermandad se desarrolló sin ningún contratiempo, y con muchísima participación de hermanos en las filas así como de público a lo largo del recorrido.
La llegada a la Plaza del Nazareno se realizó con el acompañamiento de la marcha “Madruga de Canela y Clavo”, resultando un caminar del “Paso” muy llamativo y hermoso, en el que los banceros querían disfrutar del momento, puesto que presentían que el final ya estaba cerca.
A la altura del edificio donde estuvieron durante muchos años las “Galerías Cuenca”, me comunica el representante de la Hermandad de la Santa Cena que no toque la Banda de Música porque quieren hacerle un homenaje a la familia del difunto hermano Estival donde su padre había tenido una peluquería.
Continuamos el recorrido por Carretería y cuando me transmiten que ya ha finalizado el homenaje de los hermanos de la Santa Cena, se lo digo a Aguilar que manda interpretar la marcha “Jerusalén” para iniciar la maniobra de doblar el “Paso” en señal de reconocimiento en la puerta del domicilio del recientemente fallecido Félix González Martínez-Miranzos, antiguo hermano y bancero durante muchos años de su “Huerto”. Duros momentos para todos y en especial para sus hijos y nietos que portaban el banzo en esos momentos. Que el “Jesús de la Oración” lo tenga en el Huerto bendito que él tanto amaba. Con la marcha “San Juan” se van agotando los últimos metros del desfile.
A la altura del reloj de la óptica Notario, que marcaba en ese momento la 1:30 h. de la madrugada, me comunica el representante de la Santa Cena que pare en ese momento la música, porque van a terminar su desfile en los jardines de la Diputación y la Banda de Trompetas y Tambores quiere hacer una despedida musical. Cuando terminen, nos lo comunicarán para que toque la Banda de Cuenca.
Finalizada la despedida a la Santa Cena, el director de la Banda de Música de Cuenca, ordena interpretar “Nuestro Padre Jesús”, para tomar la curva de la Plaza de la Hispanidad. Es el final de nuestro desfile y a pesar de la fatiga de los banceros, por el desgaste lógico de nueve horas aguantando el peso del banzo, consiguen sacar las fuerzan necesarias de las entrañas del alma y del corazón para bailar la “Oración” de forma majestuosa y emotiva en los metros finales, conscientes de que la procesión del Silencio del 2015 ya es historia en sus vidas nazarenas. No se pudieron tocar más marchas, como hubiera sido lo deseado, por la proximidad de la Banda de Horcajo con la que desfilaba el Prendimiento y que solapa los sonidos de la Banda de Música de Cuenca, como ya había ocurrido en algún momento del recorrido.
Eran las 2:45 h. del Jueves Santo cuando la Hermandad de Jesús Orando en el Huerto de San Esteban daba por finalizado su desfile procesional al entrar en la iglesia de la que había partido a las 19:00 horas del día anterior. Quince minutos más tarde llegaba la Hermandad de Prendimiento del Jesús a la Plaza de San Esteban, seguidos de la Hermandad de San Pedro que finalizó en la Calle de la Torres, concluyendo la Hermandad de la Negación de San Pedro su desfile en la tarima de la Plaza de la Hispanidad.
A las 3:30 h. llegaban a sus iglesias de destino (San Andrés y El Salvador respectivamente) las Hermandades del Ecce-Homo de San Miguel acompañada de la Banda de Música de Mota del Cuervo y Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Apóstol con la Banda de San Clemente.
Queremos agradecer a los miembros de la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías y en especial a su nuevo director Javier Poyatos, que se estrenaba como tal en esta Semana Santa, su colaboración incondicional en todo aquello que se necesitó a lo largo del recorrido, realizando una labor muy importante para el buen desarrollo de la Procesión del Silencio.
Por supuesto, gracias también a nuestros hermanos de la Banda de Música de Cuenca y a su director Juan Carlos Aguilar Arias, que conocedor del sufrimiento del banzo en primera persona, sabe elegir la marcha que en cada momento actúa de bálsamo reparador para los momentos de debilidad. No se pudieron tocar más marchas como hubiera sido lo deseado por la proximidad de la Banda de Horcajo con la que desfilaba la Hermandad del Prendimiento, y que solapaba los sonidos de la Banda de Música de Cuenca, como ocurrió en algún momento del recorrido.
Dar las gracias a todos los hermanos que desfilaron el Miércoles Santo, por su esfuerzo pues consiguieron hacer que la ciudad de Cuenca, enmudeciera ante la majestuosa procesión del Silencio que se vivió en este año 2015. Contando con la benevolencia del tiempo que invito a acompañar un año más en masa a Jesús en el Huerto.
Mi reconocimiento personal a la lección de amor hacia nuestra Hermandad por parte de una hermana que en silla de ruedas hizo todo el recorrido, solicitándome al terminar que por favor, felicitara a los banceros y a su capataz por lo bien que llevamos su “Huerto”.
Representante ante de la Junta de
Cofradías.
Fdo.
Rafael Torres Muelas.
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